El sábado, 9 de agosto, no sólo se inauguraron las jornadas y la exposición de mis tapices en la Casa Rectoral de Puente Pumar con un acto oficial, también arrancaron las actividades que componen la programación de esta tercera edición. Y lo hicieron con una golosina para todos los que nos movemos en el mundo textil:
Hay personas con las que a lo largo de los años, máxime en un mundo tan pequeño como el textil, coincides una y otra vez, en todo tipo de eventos: conferencias, jornadas, exposiciones; es lo que me pasa con Ana Roquero. Desde hace mucho tiempo tengo ganas de conocerla personalmente, porque aunque nunca me he adentrado en la práctica del tinte natural, admiro sus conocimientos en la materia, sus planteamientos sobre sostenibilidad y su forma de transmitirlos. Hasta el fin de semana pasado, en ninguno de los eventos que hemos compartido en el pasado se nos brindó la oportunidad.
Cuando vi que iba a estar en estas Jornadas me alegré enormemente porque sabía que esta vez sí coincidiríamos, alguna ventaja tiene que tener el „formato pequeño“ que suelen adoptar los eventos en las áreas rurales, propicios a ofrecer espacio para encuentros personales, para la charla, para tejer redes. No podía quedarme al curso de tinte, pero al menos podía extender mi estancia en Polaciones más allá del montaje de la exposición, para sumarme a la ruta por el entorno en búsqueda de las plantas tintóreas.
Aunque la ruta no fue exactamente como me la había imaginado (con las botas puestas, Uli y yo suponíamos que íbamos a patearnos los montes del valle y resulta que bajamos y subimos la sinuosa carretera que comunica Potes con el puerto de Piedrasluengas en coches para hacer algunas paradas por el camino) disfrutamos de lo que nos enseñó nuestra guía Sara sobre la flora, fauna y orografía, y lo que nos explicó Ana sobre las plantas tintóreas, pero más allá disfrutamos de la agradable compañía del grupo de participantes que nos habíamos juntado para aprender algo más de este mundo tintóreo natural.
Primera parada: la huerta ecológica de Sara y la de sus vecinas que amablemente permitieron una „invasión recolectora“
Segunda Parada: Potes
Tercera parada: Puerto de Piedrasluengas
Lo dicho: Lamentablemente me he perdido la parte práctica del curso de tinte. Sé que alguna vez llegará mi oportunidad de hacerlo, quizá el año que viene, quien sabe. Las demás compañeras de ruta lo habrán disfrutado mucho. Y Uli ha aprendido mogollón en estos dos días, sobre todo una extensa lista de plantas que dan el color amarillo en un amplio abanico de matices. Él también tiene la asignatura pendiente para el año que viene…….
Os dejamos un enlace al pdf de un artículo de Ana Roquero publicado en los anales del Museo de América…….
Ana Roquero: Colores y Colorantes De America