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Cuando nos dedicamos al arte textil,
en primer lugar creamos un objeto,
pero a la vez tenemos parte en una tradición
que cuenta con decenas de miles de años de antigüedad.
Hacemos arte no sólo para nuestro alma
y las generaciones venideras,
sino que encarnamos el oficio de tus ancestros.
Meadow Coldon, The woven road.

 

El KUKUmobil es un taller sobre ruedas, lo suficientemente grande como para dar cabida a un telar de alto lizo, y lo suficientemente pequeño como para recorrer con agilidad el continente europeo y establecer lugares de trabajo temporales a lo largo de su camino. La ruta comenzará en la costa atlántica portuguesa y atravesará Europa en zigzag hasta alcanzar el Mar Negro.

Durante esta trashumancia artística, crecerá en el telar un tapiz pictórico de grandes dimensiones realizado en la técnica tradicional de gobelino. El punto de partida de esta obra textil es un boceto de la artista Andrea Milde, que se completará con elementos recogidos en cada parada.

Aparte del trabajo en el telar, se ofrecerán talleres participativos con el fin de transmitir nociones básicas del tejer y aproximar al público el complejo proceso de elaboración de una pieza textil pictórica. A través del diálogo con la artista, se profundizará en los objetivos que la llevaron a concebir este proyecto.

Entre estos objetivos está:

# dar visibilidad a una de las técnicas culturales más antiguas de la humanidad. De generación en generación se ha heredado y expandido este conocimiento para convertirlo en sabiduría colectiva.

# reivindicar la conservación de este bien cultural inmaterial. Esto no debe ser tarea de unos pocos, sino de una sociedad decidida a garantizar que las generaciones futuras puedan disponer de este tesoro.

# reflexionar juntos sobre el futuro del espacio europeo y la estructura de nuestra sociedad. La obra terminada reflejará la diversidad de realidades e identidades europeas; será al mismo tiempo una metáfora del entramado social y cultural del que éstas forman parte, y un manifiesto a favor de una Europa social al servicio de la sociedad civil.

# recuperar la dimensión humana del tamaño, la velocidad, la percepción, la complejidad y la fuerza creativa. El KUKUmobil busca el equilibrio entre el impulso humano de idear y actuar a una escala extraordinaria, y la necesidad urgente de desarrollar prácticas sostenibles y equitativas.

# comprender el factor tiempo de otra manera, tanto en el contexto cotidiano, como en el filosófico; slow art y slow living nos pueden abrir la puerta a una forma de vida más consciente.

# llevar la transmisión de conocimientos al espacio público. El KUKUmobil redefine el espacio público como un lugar donde experimentar comunidad e identidad colectiva. Convierte el aprendizaje y la creación artística en algo cotidiano y accesible a todo el mundo.

El KUKUmobil se entiende como un rastreador de nuestro pasado artesano y artístico; un coleccionista de identidades textiles, culturales y sociopolíticas; un cronista nómada y testigo histórico de un momento de cambio; un guardián e innovador a partes iguales; en el mejor de los casos, un impulsor de nuevas conexiones, un nuevo espíritu y una nueva identidad europea que ya se vive en la mente y el corazón de muchos.

Arquitectos, pintores, escultores: ¡debemos volver a la artesanía! Pues no existe el tal “arte profesional”. No existe una diferencia esencial entre el artista y el artesano. El artista es un artesano exaltado. Por gracia divina y en raros momentos de inspiración que superan a su voluntad, el arte florece inconscientemente del trabajo de sus manos, pero una base en artesanía es fundamental para cada artista. Allí reside la fuente original del diseño creativo.

¡Construyamos pues un nuevo gremio de artesanos sin distinción de clases que levanta un muro de arrogancia entre artesanos y artistas! Permitámonos todos juntos desear, concebir y crear el nuevo edificio del futuro, que combinará todo en una única forma: arquitectura, escultura y pintura, y que un día se alzará hacia el cielo de la mano de un millón de artesanos como símbolo cristalino de una nueva fe.

Walter Gropius, El Manifiesto Bauhaus, 1919