Gestern gab es eine interessante Veranstaltung, die mir in dem berliner Gewusel nur aufgefallen ist, weil Dagmar Rehse mich auf sie aufmerksam gemacht hatte. Danke, Dagmar. Ich fand es sehr interessant, auch wenn der Bereich des nachhaltigen Umgangs mit Kleidern mich nicht beruflich, sondern „nur“ als Verbraucherin berührt. Aber was heisst in diesem Zusammenhang schon „NUR“. Kleider werden von wenigen kreiert, aber von allen getragen. Und wie sie hergestellt werden, das sollte einen jeden von uns etwas angehen. Denn hier, wie auch bei den Lebensmitteln, ist es unter anderem unser Konsumverhalten, das uns eine wichtige Waffe im Kampf gegen Ausbeutung, Ungerechtigkeit, Umweltverschmutzung, etc sein sollte. Und wenn wir etwas tun wollen, brauchen wir nicht darauf zu warten, dass grosse Systemveränderungen kommen. Es reicht, wenn wir selbst eine Entscheidung treffen und uns danach richten.
Ayer he estado en un evento interesante que si no hubiera sido por la recomendación de una amigo, se me hubiera escapado en la avalancha cotidiana berlinesa. Gracias a ella, el tema con el que me vi confrontada ayer era la sostenibilidad de nuestra ropa, y concretamente la huella de agua que hay en nuestro armario. Un tema con él que „solo“ me relaciona mi calidad de consumidora, si es que aquí tiene sentido hablar de „solo“. Justamente como individuo que consume con cierta frecuencia ropa creo que debemos preguntarnos por los criterios bajo los que cada cual los elige. La capacidad económica, el estatus social, la moda, la comodidad, la utilidad, la vida útil, la individualidad o personalidad que con ella puedo expresar……. Creo que como consumidores estamos obligados a cobrar conciencia de nuestros hábitos, a asumir la co-responsabilidad que nos toca, a desarrollar una ética y a ejercer nuestra influencia a través del arma del consumo consciente, para ayudar a encontrar soluciones a la lacra de la explotación laboral, la desigualdad, el deterioro medioambiental…… Y en eso no hace falta esperar que cambie el sistema, para empezar basta tomar una decisión consciente y cambiar nuestros hábitos de consumo.
Wie viel Wasser hängt eigentlich in unserem Kleiderschrank? Und was hat unser Kleidungskonsum hier mit den Wasserkrisen in den Produktionsländern zu tun? Das war die Frage, um die es gestern ging.
¿Cuanta agua cuelga en nuestros armarios? ¿Y que tiene que ver nuestro consumo de ropa con la escasez de agua en los países en los que se produce? Éstas eran las preguntas que se trataron ayer.
Als Einstieg zum Thema wurde der 2015 von Andrew Morgan gemachte Dokumentar-film „The True Cost“ gezeigt. Ich kannte ihn zugegebenermassen nicht, und er hat mich sehr beeindruckt, in all seiner Direktheit, in all seiner Härte. Und er hat mich betroffen gemacht, nicht weil ich mich als Einzelne genötigt sah, meine Kleiderkonsum-gewohnheiten in Frage zu stellen. Ich komme noch aus der Generation, und aus einem sozialen Umfeld, in dem Kleider mit denen noch etwas anzufangen war, ebensowenig weggeschmissen wurden, wie Lebensmittel, die noch verwertbar waren. Wo es wenige aber haltbare Klamotten gab, auch viel selbstgemachtes, und wo es ein Wert war, wenn dich Kleidungsstücke lange begleitet haben und dir fast das Herz brach, wenn sie irgendwann auseinanderfielen vom Vielen Tragen, weil sie ein Teil von dir geworden waren. Das klingt fast kitschig, aber es war so. Und der Kauf geschah bedachtsam. Daher gab bei mir auch nie einen überquellenden Kleiderschrank und Fast Fashion war auch nie ein Thema für mich, glücklicherweise nicht einmal in meiner Eigenschaft als Mutter. Meine beiden Kinder gehen sehr unterschiedlich mit dem Tema Kleidung um, aber beide vermeiden es, sie zu verschwenden, d.h. auf der einen Seite nicht „aufzubrauchen“ und auf der anderen nicht nach Modediktat zu kaufen. Darüber bin ich sehr froh.
Como „entrante“ se proyectó „The true cost“, un documental de Andrew Morgan, realizado en 2015. No lo había vista y me ha impresionado, con la dureza con la que muestra lo que normalmente no vemos, lo que pasa en el otro lado del planeta, en los centros de producción de nuestra ropa. Y me ha conmovido, más como mujer (la cuestión es, en gran medida, una cuestión de explotación de la mujer) que como consumidora. Pertenezco a una generación y me he socializado en un entorno, en el que no se eliminaba la ropa del armario, hasta que no había solución, y aún entonces se utilizó como trapo para cualquier cosa, al igual como no se tiraba ninguna comida que aún se podía reaprovechar de alguna manera. Era un arte hacer aparecer algo viejo y usado como nuevo y atractivo, y había gente _sobre todo mujeres, porque eso ocurría en el ámbito doméstico, que eran verdaderas maestras en este arte del reciclaje. Y lo hacía con naturalidad, con humildad, como si cualquier cosa….. Entonces teníamos poca ropa, que solía durar mucho, también mucho hecho por nosotros mismos (y pongo la „o“ a conciencia porque eramos chicas y chicos los que cosíamos y tricotamos). Tener ropa que te había acompañado un largo trayecto era un valor, y tener que separarte de ella te dolía, como si tuvieras que dejar un trozo de tu piel. Parecía que esta ropa se había impregnada de parte de tu memoria. Suena cursi, pero era así, y para mí sigue siendo así. Guardo vestimentas como otros guardan fotos. Por ello nunca he tenido un armario rebosante de ropa, y „fast fashion“ nunca ha sido un tema para mí, ni como madre. Mis dos hijos, un chico y una chica, tienen en sus armarios piezas que tienen que ver con ellos, no con el dictado de la moda. Y eso me hace feliz.
Aber der Film ist beeindruckend, weil er sichtbar macht, was wir im Alltag oft verdrängen und das „was ich nicht weiss, macht mich nicht heiss“ ausser Kraft setzt. Absolut empfehlenswert.
Pero el documental resulta impactante, porque muestra con toda la evidencia qué es lo que está pasando en la producción textil. Es absolutamente recomendable para todo el mundo.
Im Anschluss an den Film gab es zwei Gesprächsrunden mit Vertretern unterschiedlicher Initiativen und Projekte. Ich werde hier nicht alle aufzählen, die findet ihr als Liste auf dem FB-Event. Hier nur eine kleine und aus unterschiedlichen Gründen sehr persönliche Auswahl:
AL final de la proyección había dos paneles de debate: „el presente_la huella del agua de la industria de la moda“ y „el futuro_ fibras alternativas y conceptos circulares“. No voy a enumerar aquí todos los participantes. Si os interesa podéis consultarla en el evento de Fabebook . Aquí solo una pequeña y muy personal selección:
# green fashion tours
# femnet
# mode fair arbeiten
Also: informieren, Meinung Bilden, Enschluss fassen und bewusst konsumieren, auch Kleidung. Ahhh, und weitersagen, einladen, diskutieren…….
Así que: informarse, formarse una opinión y criterios de consumo, tomar decisiones y consumir de forma consciente, también en el sector de la moda/vestimenta. Y …. comentarlo por ahí, invitar a la gente, discutir con ellos……