Un intenso fin de semana hemos pasado en el Recinto Ferial de Torrelavega. Un poco de pena nos ha dado, todo sea dicho, con el tiempo tan extraordinario que hacía fuera.
Per
o bien, una vez callado el primer impulso de coger botas y cesta para ir al monte a buscar setas, o playeras y gafas de sol para hacer una escapadita a la playa, nos hemos centrado en el objetivo del evento que iba a durar estos tres días, y al que nos había invitado el Gobierno de Cantabria, por ser exacto, la Dirección General de Igualdad, Mujer y Juventud. La III. Feria de Mujeres Artesanas de Cantabria iba a reunir un considerable número de propuestas de diversos sectores como la alimentación y la artesanía, con el propósito de hacer visible el trabajo que realizan las mujeres en el medio rural.
No conocía el espacio elegido para esta edición (el año pasado creo que había sido una carpa instalada en el centro de Torrelavega), y me quedé enamorada de lo que me encontré: un bello conjunto, agradable por fuera y con mucho potencial arquitectónico y expositivo por dentro, una atenta dirección al frente de un equipo humano dispuesto a prestarnos todo su saber hacer.
Os dejo unas pocas fotos del recinto para que os hagáis una idea (tienen un fondo „tejeril“, con degradado en franjas; es fruto de las prisas, espero que no os moleste mucho):
Cada vez que salía de la nave para despejarme un poco y contemplar el cielo azúl se me escapaba la imaginación, escalaba por la torre para colocar una instalación en las cuadrículas blancas, llenaba los patios y los recovecos de intervenciones, pintaba un gran mural en el suelo del aparcamientos, invadiendo sutilmente alguna que otra fachada….. Preguntando: ¿para cuando una feria de arte?
Cada vez que volvía a entrar en la nave me planteaba mi postura ambigua ante las etiquetas. A mí en particular no me gustan, NADA, quizá por ello me encuentro constantemente en contextos etiquetados, a modo de ejercicio trasgresor.
Creo que más que beneficiar entrañan el peligro de convertirse en un lastre _ a veces incluso en un comodín; predisponen al público _ y a veces lo excluyen; dificultan la exploración de los límites, el caminar por las periferias que es lo que nos ayuda a descubrir, crecer, inventar…. ; facilita que se pueda colar cierta autocomplacencia y una dinámica endogámica en esta zona de confort etiquetada.
Y lo creo incluso de aquellas etiquetas que van asociadas a una buena intención, a lo que llamamos la discriminación positiva, de ahí esta sensación ambigua que me invade de vez en cuando, porque la intención no deja de ser buena, porque hay realidades que la hacen necesaria, incluso urgente.
Como siempre será el tan difícil ejercicio del equilibrio el que habrá que perseguir.
Selbst ist die Frau. Hágalo usted mismo. Por algún despiste no se hizo el rótulo con mi nombre para el stand. Uno de los empleados me trajo pincel y pintura. Eso es a lo que me refiero con „magnífico equipo humano“, siempre buscando soluciones.
Va, podría seguir desgranando aquí algunas de las reflexiones que me rondan por la cabeza, pero esta entrada estaba pensada en un principio para compartir con vosotros algunos instantes congelados en foto de la exposición de tapices, que gracias a Alejandro y su equipo humano quedó muy bien, dentro de las limitaciones del ferial, y del taller que impartí el domingo. Más adelante espero poder disponer de la grabación que se hizo de la acción 410 días que contó con un amable gaitero y una panderetera que me acompañaron pero con poco público dispuesto a transitar. Lo de la participación espontánea en formatos desconocidos …. en fin, asignatura pendiente!!!! Volveremos sobre ello!!!!
La exposición:
A veces pasa que del sinfín de fotos que se hacen en una ocasión como éstas, algunas te llegan al correo y te alegras enormemente que alguien comparta contigo su visión de tu trabajo. Me pasó esta vez con Agustín Arriola. Entró con tal chacho-cámara que era fácil suponer que la fotografía es más que un mero soporte auxiliar de la memoria y herramienta de documentación. Así que le pedí que me mandara algunas de sus fotos, y así lo hizo. GRACIAS Agustín:
El taller (GRACIAS Marisa por estar detrás de la cámara, y a Magdalena Abascal, compañera de exposición y madre de la participante más joven en el taller:
Ya está. GRACIAS a todas las amistades por acercaros y por poder daros un abrazo, gracias a todos los conocidos virtuales y presenciales por este rato de charla amena y saludo cariñoso, gracias a toda la gente desconocida que se ha parado, que ha mirado, e incluso, en ocasiones, emocionado; gracias por las muchas palabras bellas que me habéis regalado.
