Es gibt Wörter, Bezeichnungen, Namen, die mir einfach wunderbar klingen, ohne dass ich genau sagen könnte warum. So wie Gerüche rufen sie ganze Bildgeschichten hervor, die mich einfach einfangen in ihrer Welt. Einer dieser Namen ist Remedios (in der Einzahl, „remedio“ bedeutet es Hilfsmittel / Behelf). Wenn ich jemals auf den Gedanken käme einen Künstlernamen anzunehmen, ständ dieser vermutlich ganz oben auf der Liste.
Hay palabras, denominaciones, nombres, que me suenan maravillosos, sin que pudiera explicar muy bien por qué. Tal como olores o sabores evocan todo un imaginario en mí, que me atrapa en su mundo. Uno de estos nombres es Remedios. Si alguna vez acariciara la idea de adoptar un nombre artístico, éste podría encontrarse entre los favoritos.
Ein anderes Wort ist das spanische „mañanita„, nicht als Diminutiv von „mañana“, also wenn man bis um ein Uhr gepennt hat umd vom Morgen eigentlich nichts mehr übrig bleibt. Im Spanischen werden die Schultertücher so benannt, die heute zwar kaum noch zu sehen sind, die ich aber von meinen Nachbarinnen aus der Calle Valverde, aus Malasaña und Lavapies noch gut in Erinnerung habe.
Seltsamerweise steht im Spanischen Wörterbuch als Worterklärung, ich übersetzte: „Kleidungsstück aus Strickstoff oder Gewebe, das die Schultern bis zur Hüfte bedeckt und von den Frauen hauptsächlich über dem Nachthemd getragen wird, um im Bett zu sitzen„.
Dieses „um im Bett zu sitzen“ hat mich zum Grübeln gebracht, klingt das doch so als ob es hier üblich wäre, dass Frauen den Morgen im Bett sitzend verbringen würden, einfach so, (á la High Society aus amerikanischen Filmen der Sechziger und Siebziger ); wo ich mir das so gar nicht vorstellen kann, ausser vielleicht am Muttertagsmorgen, weil die Familie beschliesst, sie mit einem Bettfrühstück zu beglücken. Meine Nachbarinnen trugen die „mañanitas“ beim Fensterputzen, beim Treppe wischen, beim Wäsche aufhängen, beim Kochen, beim Fegen…. und meist über einem Hauskleid und manchmal unter einem Morgenmantel.
Otra de estas palabras mágicas es „mañanita“, y no me refiero al diminutivo de estas mañanas que a una se la han pasado durmiendo en la cama y de la que ni siquiera queda un aroma en el aire, porque huele ya a comida cuando te levantas, sino a estas prendas de vestir que hoy casi han desaparecido, pero que recuerdo bien de mis vecinas de la calle Valverde, de Malasaña y de Lavapiés.
Buscando en Internet me encuentro con la siguiente definición:
mañanita s. f. Prenda de vestir, de punto o tela, que cubre desde los hombros hasta la cintura y que las mujeres usan principalmente encima del camisón para estar sentadas en la cama..
Este „para estar sentadas en la cama“ me ha hecho pensar, pues podría sonar como si aquí las mujeres tuvieran por costumbre pasar la mañana sentada en la caman, así sin más (á la High Society de las pelis americanas de los años sesenta y setenta); y a mí, me cuesta imaginarlo, salvo, a lo mejor, en la mañana del Día de la Madre, porque la familia ha decidido deleitarla con un desayuno en la cama. Vamos, que mis vecinas las llevaban mientras limpiaban las ventanas, fregaban las escaleras, tendían la ropa, cocinaban, barrían….. y normalmente encima de una bata y a veces debajo de un albornoz. Otras dos palabras mágicas. Escuchád como suena: „bata“ o „albornoz„.
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Pero no es eso lo que quería contar. La semana pasada entré en el kiosko de prensa donde siempre compramos el periódico cuando lleva una peli que nos interesa. Una tienda pequeñita, a veces tan llena de gente que tienes que esperar en la calle hasta que han despachado y vuelve a haber sitio dentro. Una tienda llena de olor a tabaco aunque no se fume, y a tinta y papel barato; una tienda llena de cajas y más cajas y todas estas cosas que ahora venden con los periódicos….
Pues el otro día entro y en el poco espacio que hay a la izquierda, entre cajas y debajo de un panel de corcho con publicidad, ví una mujer mayor, envuelta en una mañanita con exactamente el mismo color marrón como las que me regaló Nacho hace tiempo, mimetizámdose con el color papel kraft de al lado y el color corcho de arriba. Y ahí estaba la buena mujer, haciendo punto, en el regazo un ovillo de color lila clarito, en exactamente el mismo tono que la mañanita que lleva una de las María de mi tapiz. Cuando me fijé en ella, me di cuenta que en vez de sujetar las agujas, más bien era ella la que se sujetaba en ellas, como si estas dos varillas metálicas pudieran darle un punto de agarre en este derivar hacia el vacío, el pasado, el futuro….. quién sabe. Era un instante fugaz, era como sumergirte en una burbuja de tiempo…. Cerré la puerta de la tienda con cuidado para no hacerla explotar.
Aber das war es nicht, was ich erzählen wollte. Letzte Woche ging ich zum Zeitungskios wo wir normalerweise die Zeitung dann kaufen, wenn ein Film dabei ist, der uns interessiert. Ein kleiner Laden der manchmal so voll ist, dass nichts anderes übrig bleibt, als draussen zu warten bis ein wenig Freiraum geschaffen wird. Ein Laden voller Tabakduft, obwohl nicht geraucht wird, und Geruch nach Tinte und billigem Zeitungspapier; ein Laden voller aufgetürmter Kartons mit all den Dingen, die heutzutage mit der Zeitung verkauft werden…
Also letzte Woche komme ich in den Laden, und mein Blick fällt auf eine Frau, die da sitzt, wo die Kartontürme ein wenig freien Raum lassen, unter einer Kork-Pinwand, eingehüllt in eine Mañanita in genau der gleichen Farbe wie die, die mir Nacho geschenkt hat, einer Art Kraft-Papier-Braun, und strickt; ein helllila Wollknäuel im Schoss, genau in der Farbe, wie die Mañanita die eine der Marien in meinem Teppich trägt. Zumindest sah es so aus, denn wenig später, dem Gespräch im Laden mit halbem Ohr folgend, wird mir klar, dass nicht sie die Stricknadeln hält, sondern sie es ist, die sich an ihnen festhält, als wenn diese dünnen Metallstäbe ihr Halt bieten könnten während sie langsam abdriftet ins Leere, in die Vergangenheit, in die Zukunft, wer weiss wohin….. Ein flüchtiger Augenblick, ein Eintauchen in eine Zeitblase….. Ich hab die Ladentür ganz leise zu gemacht, damit sie nicht platzt.
una belleza lo de la burbuja y esa vieja en el medio, ese vacío que se sucede a veces, y que se da de vez en vez, cuando menos lo imaginamos.
Las mañanitas son bestiales, en el sentido que le damos los argentinos, fabulosas y sí, yo las usaría para escribir en la cama.
En vez de eso tengo mis ruanas o mantas, pero qué lindas las mañanitas, a mí también me gusta ver a mi tía, con su camisón y su mañanita , andando de acá para allá.
Es creo, una de las mejores imágenes de infancia.
beso fuerte Andrea.
Que seamos felices.
Cómo no va a sonar bien Remedios, ¡mucho mejor que Dolores!
Tenemos un vocabulario tan rico, ¿qué me dices de palabras como „escullar“ o „arambol“??? Son tan sonoras.