Incluso los almas nómadas tenemos nuestros pequeños „anclas“ que hacen que la memoria permanezca un instante en momentos del pasado. Suelen ser anclas emocionales, principalmente sensitivas, que van acompañados de un estado anímico determinado, de búsqueda de refugio, para reposar, para descansar, para desprenderse de todas las armas y armaduras y dejarse llevar por la nube de palabras, de colores, de olores…., para tomar aliento…..
Para mí uno de estos momentos es el de la „weihnachtsbäckerei“, cuando la mesa se llena de harina, miel y azúcar, de nueces y frutos confitados, de sobres con canela, cardamomo, clavo, anís, jengibre, nuez moscada, de hirschhornsalz y pottasche, de rodillos y moldes…
Es un momento que solo surge en compañía, que precisa de risas, recuerdos y presencias evocadas a través de gestos y palabras……. Por ello, no es algo que tenga lugar cada navidad. Pero éste año sí…..
Dos días hemos estado con las manos en la masa; luego Sam y Lea aplicaron los moldes de diseños escandinavos, de dragones y corazones con la eficiencia suprema que proporciona el ambiente reinante en la KUKU_ARTist_RESidence, Uli se remangó el jersey y se encargó de prepararnos todo un arco iris de colores …..
Os dejamos algunas fotos del proceso:
y del resultado:
Con una especial dedicatoria a todas las personas que nos acompañaron en la aventura del WWKIP’14, del Día Mundial de Tricotar en Espacios Públicos. Que este año repetiremos: