Kiezspaziergang _ un paseo por el „kiez“
Sábado gris, sábado tranquilo. Desayuno tardío y una vuelta por el barrio, a pie, para poder fijarme mejor en los detalles. Nada en particular, y todo peculiar a los ojos de quien intenta imaginarse viviendo en esta ciudad nueva de las mil y una caras.
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Incluso este barrio, el de Kreuzberg, alberga en sí ambientes variopintos. No todos responden _ya_ a los tópicos que suscita el nombre. A veces tengo la sensación que cada calle tiene el suyo, y cada una se diferencia de su vecina. No es algo que se pueda explicar exclusivamente con diferencias en la arquitectura o la amplitud, en el tipo de vegetación o de tiendas…..
Es algo intangible, algo que flota en el aire y hace que empiezo a dividir las calles en 3 categorías básicas: las de „aquí no me importaría vivir“, las de „aquí me gustaría vivir“, y las de „aquí no quiero vivir“.
Este tira y afloja entre apariencias y experiencias, entre sensaciones y valoraciones más o menos fundadas o acertadas; esta ambigüedad o dualidad que se percibe en algunos espacios tiene mucho que ver con la dinámica inmobiliaria. La gentrificación cobra su peaje también en Berlín. Los barrios céntricos, famosos por el carácter multiculti, fluctuante o volátil de su vecindario, están cambiando. El colectivo más vulnerable, de gente que necesita encontrar alquileres bajos para poder sobrevivir, tiene cada vez más difícil resistir a la presión de las grandes inmobiliarias que compran edificios para la posterior modernización y venta, y que no dudan en recurrir a las más diversas formas para quitarse a los inquilinos que consideran „molestos“ de encima. No es nada exclusivo de Berlín, parece ser el sino de muchas grandes ciudades europeas. Razón de más para preocuparse y levantar la voz de alarma.
También hay rincones en los que me invade la sensación del „aquí encajo“, como si fuera un lugar familiar que hubiera frecuentado mil y una vez…. un espacio en el que no me siento extraño, cuando me siento así casi en cualquier lugar…..
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Tiene su encanto, tiene sus sombras….. tiene sus oportunidades y tiene sus trampas. No la siento jungla, pero si bosque con una maleza ni muy alta ni muy tupida, pero eficaz en todos los sentidos.
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Tiene un pasado peculiar que no siempre me resulta fácil de descifrar; y un complejo presente al que no siempre me resulta fácil tomarle el pulso, pero tampoco dudo de que pueda tener preparada la promesa de un futuro, si se decide que así sea.
De entrada tiene un buen puñado de cines independientes que echan películas en versión original, hasta que los hay que en el mismísimo Berlin se acercan en tamaño a nuestro KUKUcine. Hoy he disfrutado en uno de ellos la proyección de „Landstück“, una película de Volker Koepp, sobre la situación de la población, la agricultura y la naturaleza en un paraje cultural llamada Uckermark, marcado por los altibajos de la historia más o menos reciente de Alemania.
Un cine chiquitín, por cierto, con una fuente que calla cuando empieza la proyección, con butacas cómodas y perchas compartidas para aligerar ropa de abrigo, con matinés cinematográficas y coloquios, total, un lugar de los a los que se me haría fácil habituarme.
Porque no deja de ser otra cosa que recordar otros momentos y otros lugares en el pasado, no deja de ser recordar „viejos tiempos“_