Da Lea die Nachmittage die ihr bleiben zum Rudern und Klettern ausnutzt, sind wir gestern an den Strand von Aguilar gefahren, das ist genau genommen eine kleine Bucht am Stausee mit einem sacht abfallenden Sandufer und einer verankerten Plattform mit Rutschbahn in erreichbarer Nähe als Ziel für Freizeitschwimmer. Da es im Augenblick recht heiss ist, war es „fast “ voll. Viele junge Leute kommen von Aguilar aus zu Fuss. Das ist nicht besonders weit, aber um die Mittagsstunden schon ein wenig anstrengend, weil es erst einmal bergauf geht. Aber schliesslich sind ja Ferien und Eile ist nicht angesagt.
Ya que Lea intenta aprovechar las tardes que la quedan con piraguas y escalada, ayer hemos ido a la playa de Aguilar, lo que, para ser exacto, es un tramo de la orilla del embalse acondicionado para el baño, con duchas y una plataforma anclada unos cuantos metros agua adentro, con tobogán, como meta para los nadadores eventuales. Y como estos días hace calor, estaba la playa „casi“ llena. Mucha gente joven sube desde Aguilar a pie. No está lejos, pero a mediodía sí que puede resultar un tanto agobiante por la cuesta. Pero al fin y al cabo, son vacaciones y prisas no hay.
Aber nicht das ist der Grund für diesen Eintrag, sondern was auf dem Rückweg meine Aufmerksamkeit in Anspruch genommen hat. Da überholten wir nämlich Grüppchen von jungen Männern und Frauen, die ebenfalls auf dem Heimweg waren. Und da ich nicht mehr an den Zufall glaube, ist mir aufgefallen, dass alle jungen Herren auf unserer Seite am Strassenrand entlang gingen, unserer Rechten also, und wie ganz nebenbei Autostopp machten, während alle Damen den linken Strassenrand entlanggingen, ohne auch nur den geringsten Versuch zu unternehmen, ein vorbeifahrendes Auto anzuhalten.
Erziehung? Vorsicht? Oder doch Zufall?
Pero esta no es la razón de este post, sino lo que captó mi atención en el viaje de vuelta. Adelantamos grupos más o menos numerosos de chicas y chicos que también volvían a casa. Y ya que hace tiempo he dejado de creer en la casualidad, me llamó la atención el hecho de que todos os chicos iban en nuestro lado de la carretera, nuestra derecha, y haciendo autostop, mientras todas las chicas iban en el lado opuesto de la carretera, a nuestra izquierda, sin la menor intención de querer parar algun coche.
Educación? Precaución? O quizá, aunque no le crea, sea fruto de la casualidad ?
jeje, mira que me he cruzado veces con grupos de chicos y chicas y nunca me había percatado de este curioso detalle, aunque ahora que lo mencionas y haciendo memoria… Yo creo que es una cuestión de „edad“ y de costumbre. Abrazos 😉
P.S.: Ah, y me encanto el vídeo de slow y los apuntes históricos sobre los tapices -las leo aunque no dejase comentarios-