Los bucles son una evidencia, como los nudos, los enredos, las redes y demás símiles textiles, sobre todo recordando a estas tres mágicas nornas que van hilando, midiendo y cortando este hilo del que pende nuestra vida….
Schlaufen sind aus dem Leben nicht wegzudenken, ebensowenig die Konten, oder die Tüddel, die Netze und sonstigen Vergleiche aus der textilen Welt, vor allem, wenn man an die drei Nornen denkt, die spinnen, messen und irgendwann den Faden zertrennen, an dem unser Leben hängt…….
wikipedia dixit:
„Las nornas viven bajo las raíces del fresno Yggdrasil, el árbol del mundo en el centro del cosmos, donde tejen los tapices de los destinos y riegan el fresno con las aguas y la arcilla provenientes del pozo de Urd para que éste no pierda su verdor ni se pudra. La vida de cada persona es un hilo en su telar, y la longitud de cada cuerda es la duración de la vida de dicha persona.
De esta manera, todo está preordenado en la religión nórdica: incluso los dioses tienen sus propios tapices, aunque las nornas no se los dejan ver. Este claro sometimiento de los dioses a un poder fuera de su control y la implicación de que ellos, también, tendrán un final algún día, son temas trascendentes en la literatura que rodea la mitología nórdica.
Las tres nornas que controlan el destino existen en un viejo y profundo nivel mítico, aunque probablemente no tan viejo como el arte de hilar y tejer en sí. La contraparte de las nornas entre los griegos eran las moiras, conocidas por los romanos como parcas.“
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Und manchmal werden diese Schlaufen greifbar. Vorgestern hab ich eine zwischen die Finger bekommen. Da fand ich nämlich in meinem kleinen, etwas verlassenen und vernachlässigten Garten das tapfere Schneeglöckchen, das ich vor vier Jahren mitten in das Herz meines kleinen Krokuslabyrinths gepflanzt hatte
Hay momentos en los que estos bucles se hacen palpables. Antes de ayer conseguí agarrar uno. Me encontré en mi pequeño jardín semiabandonado o en vías de reconquista por parte de la Naturaleza, el valiente Galanthus que hace cuatro años había plantado en el corazón de mi pequeño laberinto de crocus.
Hasta la ultima inundación de hace aproximadamente un año había unas pequeñas estacas de madera, que me ayudaban a encontrar la ubicación de los bulbos cuando la flor se había ido. Ahora no queda casi nada, he decidido devolver este pedacito de tierra a la Naturaleza. Ella sabrá mejor que hacer con él. Pero ahí están por unos pocos días las pocas flores, recuerdos de mi infancia, que resisten tanto a la demasía de agua en invierno como a su falta en verano.
Bis zur letzten Überschwemmung, vor ungefähr einem Jahr, zeigten kleine Holzpfähle mir die Lage der Knollen in der Erde, sobald die Blüte verschwunden und an der Oberfläche nichts mehr zu sehen war. Jetzt sind sie alle weg. Und ich habe beschlossen, der Natur diesen kleinen Zipfel zurück zu geben. Sie weiss besser, was damit zu tun ist. Aber für ein paar Tage sind sie da, die wenigen Blumen, Erinnerung an meine Kindheit, die dem winterlichen Übermass an Wasser ebenso trotzig widerstehen, wie dessen langer Abwesenheit im Sommer.
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