¡¿ya pasó!? // alles vorbei !?

Also, wenn man auf dem Land wohnt, wie wir seit vier Jahren, ich meine so richtig auf dem Land, in einem kleinen Dorf, so klein, dass wir nicht einmal eine Weihnachtsbeleuchtung über der einzigen und deshalb gleichzeitig „Haupt“-strasse baumeln haben, wie in vielen anderen Dörfern der Umgebung; in einem Dorf also, in dem wir alleine mit zwei Nachbarn, einigen Katzen, vielen Mäusen, zahlreichen winterfesten Vögeln und Unmengen traurig-welker Blätter  die Feiertage verbracht haben, weit weg von der Familie, dem Rummel der Grossstadt, den Schaufenstern voller mehr oder weniger unwiderstehlicher  Angebote, wenn man kein Fernseher hat und der DVD-Player am Computer nicht funktioniert, wenn das Radio auf RNE 3 oder 2 eingestellt ist, wenn das einzige Rot das der überlebenden Hagebuttefrüchte an den blattlosen Ästen am Wegrand ist und die Welt sich in einen frostig-weissen Pelzmantel kleidet, DANN ist es ein Leichtes, sich dem weihnachtlichen Konsumzwang zu entziehen.

Cuando se vive en el campo, como nosotros desde hace cuatro años, y digo realmente en el campo, en una aldea tan pequeña, que ni siquiera tenemos la iluminación navideña columpiándose sobre la única y por ello principal calle del pueblo, como en otros de los alrededores; en un pueblo pequeño, en el que celebramos las Navidades solo con dos vecinos, algunos gatos, muchos ratones, numerosos pájaros suficientemente resistentes como para quedarse aquí y un montón de hojarasca triste y mustia, lejos de la familia y del bullicio de la gran ciudad, de los escaparates llenos de ofertas más o menos irresistibles, cuando no se tiene tele y el lector de DVDs está roto, cuando la radio sintoniza RNE 3 o 2, cuando el único rojo es el de los escaramujos en las zarzas desnudas en la orilla de los caminos  y el mundo se cubre con un abrigo de blanca escarcha, ENTONCES es fácil extraerse de la compulsión consumista.

Es ist sogar eher so, dass man und frau sich anstrengen muss, in Weihnachtsstimmung zu kommen. Zumindest geht es uns so, und das wird jedes Jahr deutlicher. Zwar fehlen nicht die Weihnachtsplätzchen nach guter deutscher Tradition, und öfter als sonst köchelt auf dem Ofen im grossen Topf eine Hühnerbrühe vor sich hin, die nicht nur gut riecht sondern auch hilft, die Kälte, die sich von den Füssen aus an den Beinen hocharbeitet, oder im Nacken festsetzt, zu bekämpfen, auch rückt man  in den zwei Zimmern zusammen, die sich beheizen lassen und integriert die Holzhackerei, die Feuermacherei und den Rauchgeruch in den Alltag, auch legt sich die Dunkelheit auf das Gemüt und die Gedanken werden manchmal etwas melancholisch, aber unberührt von den medialen Einflüssen wenden sich Geist und Seele eher sehr elementaren Dingen zu und der Sinn steht einem nach Licht, nach Wärme, nach all dem, was unter dem Deckmantel der christlichen Rituale an heidnischen Bräuchen überlebt hat.

Es más, hasta cuesta esfuerzo entrar en un estado de ánimo festivo. Por lo menos eso es  lo que nos ocurre a nosotros, y cada año que pasa resulta  más evidente. Aunque no faltan las típicas galletas navideñas y es más frecuente ver la gran olla en la económica, en la que se cocina lentamente un caldito de gallina que no sólo llena la casa de un aroma prometedor, sino que también sirve para combatir el frío que sube por las piernas o se agarra en la nuca como una molesta garrapata;  aunque nos apretemos en las dos habitaciones que resultan viables calentar e incorporaremos las labores de corte de leña, de atizado del hogar y el olor a humo con toda la naturalidad en los quehaceres cotidianos, aunque la oscuridad pese sobre el ánimo y los pensamientos a veces se vuelvan melancólicos, lejos de las influencias mediáticas el espíritu y el alma van en busca de cosas tan elementales como la luz, o el calor, lo que bajo la máscara de las costumbres cristianos haya sobrevivido de los rituales paganos.

In dieser Abgeschiedenheit fällt es selbst Ulises schwer, einen Wunschzettel zu verfassen, weil er eigentlich alles hat, was ihm wünschenswert erscheint. Unbeeinflusst von der Dauerberieselung durch Fernsehen und Schaufensterdekoration musste er sich anstrengen, etwas passendes zu finden. Und letzendlich läuft es darauf hinaus, dass ihm alles recht ist. Eine Überraschung eben…..

En esta reclusión, incluso a Ulises  le resulta difícil hacer la carta para los Reyes o la lista de deseos para Papá Noël, pues en el fondo tiene todo que le puede parecer deseable. Libre del constante „bombardeo“ de publicidad en la tele y los escaparates le costó encontrar algo que poner. Al final se quedó en „una sorpresa“.

Trotzdem waren diese Weihnachten anders. Im Dezember musste ich zweimal nach Madrid, um Vilma zu begleiten und um Lea abzuholen, und diese Blitzbesuche haben mich seltsam durchgerüttelt. Obwohl sie nicht unvermittelt kamen, und ich theoretisch jedesmal Zeit gehabt hätte, mich darauf einzustellen, haben sie mich unvorbereitet erwischt. Ich hab es beide Male nicht geschafft, mir rechtzeitig den Panzer anzulegen, den man hier nicht braucht, weil die Natur einen nicht auf diese Art angreift, wie es die Hektik in der Grossstadt tut. So kam ich zweimal in den Sog der Menschenmassen und mir blieb nichts anderes übrig, als mich ihm zu überlassen.

Y con todo, estas Navidades han sido distintas. En el mes de diciembre me tocó dos veces ir a Madrid, una para acompañar a Vilma, que volvió a casa, la otra para recoger a Lea, que hacía tanto de lo mismo, y estas visitas fugaces me han sacudido de una manera muy particular. Aunque no hayan venido de imprevisto, y teóricamente disponía de tiempo  suficiente para mentalizarme, me pillaron desprevenida. Las dos veces no he conseguido ponerme la armadura a tiempo, esta armadura que aquí no se necesita porque la naturaleza no te ataca de la manera como lo hace el estrés de la gran ciudad. Así pasó que las dos veces no me quedaba otra que entregarme a la avalancha de las masas de gente.

So kam es, dass ich an einem dieser Tage in der U-Bahn sass, mir die Leute anschaute, mit denen ich Waggon und Reise teilte, und auf einmal durch eine recht eindringliche Stimme aus meinen Gedanken gerissen wurde. Kaum hatten sich die Türen geschlossen und die U-Bahn sich in Bewegung gesetzt, liess sie sich vernehmen, in einem Kommen und Gehen, wie die Wellen am Strand oder das Lachen auf dem Gesicht schaukelnder Kinder, denn der Besitzer dieser Stimme lief im U-Bahn-Waggon auf und ab wie ein eingesperrtes Tier, und was er uns erzählte, konnten wir nur in Fetzen auffangen, die nach seiner Kehrtwende in der Luft schwebten wie weggeschmissenes Butterbrotpapier bevor es auf dem Boden zu Liegen kommt. Gross, kräftig, sommersprossig, krause Haare unter dem Rand der gestrickten Mütze, eine zusammengerollte Decke im Rucksack, den er irgendwann in einer Ecke abstellte, weil er ihn auf seiner  sonderbaren Wanderschaft störte. Ein direkter, fast herausvordernder Blick, dem alle anderen Fahrgäste auswichen. Einer von vielen, die die vorweihnachtliche Gefühlsduselei ausnutzen?! Einer von so vielen, die sich mit erfundenen Geschichten etwas Geld erbetteln!? Einer von zu vielen, weswegen man schon nicht mehr hinhört, denn wenn man allen zuhören würde, käme man selbst bettelarm nachhause, bettelarm an Zuversicht. Mein Panzer war nicht ganz zu,  liess die Satzfetzen durch, eine abenteuerliche Geschichte, Bruchstücke eines Lebens: Arzt von Beruf, Dienst in der Armee, Einsatz in Afghanistan, Waffen statt Medizin, Tod statt Hilfe, Abschied von der Armee, arbeitslos, obdachlos, eine dreijährige Tochter, Bitte um etwas zu Essen…. keiner sieht ihn an, keiner gibt ihm etwas, nächster Waggon. Und wenn es stimmt, wenn es nicht erfunden ist? Warum sich eine so abenteuerliche Geschichte ausdenken wenn im Grunde eh niemand zuhört? Welches Recht hab ich im Vorhinein  alles in Frage zu stellen? Offener Panzer …. Die Gedanken daran wurde ich nicht mehr los…. Drei Stunden später sah ich ihn auf der Bank einen U-Bahn-Station sitzen und mit gesenktem Blick einen Apfel essend, während ihm Tränen über die Wangen liefen.

Así ocurrió que uno de estos días, mientras observaba las personas que me tocaban enfrente, compartiendo vagón y trayecto, una voz penetrante me sacó de mis   reflexiones. Apenas cerradas las puertas y el tren dispuesto a arrancar, se oyó aquella voz en un vaivén como el de las olas en la playa o las sonrisas en las caras de los niños columpiándose,  pues el propietario de la misma dio vueltas en el vagón como un animal enjaulado, y lo que nos contó sólo lo pudimos recoger en pedazos que dejó flotar en el aire a cada paso como un papel del bocadillo antes de reposarse en el suelo.  Alto, fuerte, con pecas y rizos asomando por debajo del borde del gorro de punto, en la espalda una manta enrollada metida en una mochilla que terminó por dejar en una esquina porque le molestó en su peculiar peregrinaje. Una mirada directa, casi desafiante, que los demás pasajeros esquivaron. ¿¡ Uno de aquellos que se aprovechan de la sensiblería prenavideña para hacer su agosto?! ¿¡Uno de tantos que se inventan historias para conseguir alguna moneda?! Uno de demasiados, por lo que nadie le escucha, porque se lo haría llegaría pobre a casa, pobre de esperanza. Mi armadura no estaba cerrada del todo, dejó pasar las palabras, una historia tremenda, pedazos de una vida: médico de profesión, servicio militar, Afganistán, armas en lugar de medicinas,  muerte en lugar de ayuda, salida del ejercito, sin trabajo, sin techo, una hija de tres años, rogando por algo de comida…. , nadie le mira, nadie le da nada…. siguiente vagón. ¿Y si fuera verdad, si no fuese inventado? ¿Por qué inventarse una historia tan increíble si en el fondo nadie escucha? ¿Qué derecho tengo yo de cuestionar de antemano lo que cuenta?  Armadura abierta…. No pude quitármelo de la cabeza… Tres horas más tarde le volví a ver sentado en un banco en otra estación de metro, cabizbajo, comiéndose una manzana mientras las lágrimas corrian por sus mejillas.

Die Gedanken an ihn bin ich immer noch nicht los,  die ganzen Feiertage über haben sie mich begleitet. Und wenn es stimmt? Hätte ich ihm lieber nicht zuhören sollen? Hätte ich mit ihm reden sollen? Hätte ich etwas ändern können? Alles vorbei?!

Y aún sigo pensando en él, a lo largo de las fiestas me acompañó este pensamiento. ¿Y si fuera verdad? ¿Hubiera sido mejor no prestar atención a su historia? ¿Debería haber hablado con él? ¿Hubiera podido cambia algo? ¿¡Ya pasó?!

Dieser Beitrag wurde unter besondere Tage, días especiales, en camino, erinnerungen, recuerdos, unterwegs veröffentlicht. Setze ein Lesezeichen auf den Permalink.

Schreibe einen Kommentar

Deine E-Mail-Adresse wird nicht veröffentlicht. Erforderliche Felder sind mit * markiert