Stille
Es muss wohl in der Familie liegen, dass niemand von uns ein grosser Freund des Telefonierens ist. Meist bereitet es uns Stress, und die Telefonate sind gewöhnlich recht kurz. Auserdem haben wir keinen Festnetzanschluss und wenn wir eine Handynummer anrufen habe ich zumindest immer das Bedürfnis, nachzufragen, ob ich nicht gerade störe, was natürlich Blödsinn ist, weil niemand gezwungen wird, den Anruf anzunehmen, und wenn er gerade nicht will, lässt er eben klingeln oder lehnt den Anruf ab. Trotzdem stell ich mir immer vor, vielleicht gerade ungelegen zu kommen und das bereitet mir ein gewisses Unbehagen.
So haben wir beschlossen, den Kontakt mir Lea über E-mail und ihren wirklich sehr gelungenen Blog aufrecht zu erhalten. Das ging auch bisher ganz gut. Aber heute, nach sieben Tagen Funkstille, wurde mir dann doch ein wenig ungemütlich, auch wenn mir klar ist, dass schlechte Nachrichten schneller reisen als der Wind.
Glücklicherweise war das Einfühlungsvermögen auf Leas Seite diesmal „eingeschaltet“ und so rief sie heute morgen an, um uns Bescheid zu geben, dass sie in der Schule nach den starken Regenfällen der letzten Tage keinen Internetanschluss haben, der Techniker im Urlaub ist und der Direktor zwar den Versuch unternommen hat, den Schaden zu beheben, damit aber nicht erfolgreich war, und jetzt erst einmal Wochenende hat…… Nachdem die innere Ruhe wieder hergestellt war, musste ich doch ein wenig schmunzeln. Da dachte ich, in Norwegen käme so etwas nicht vor, und dabei ist es WIE ZUHAUSE.
Silencio
Será cosa de familia que a nadie de nosotros le gusta especialmente llamar por teléfono. En la mayoría de las las veces nos produce cierta sensación de estrés, y las llamadas suelen ser más bien cortas. Además sólo tenemos móvil y cando llamamos a otro móvil, a mí, por lo menos, siempre me entra la necesidad de preguntar disculpándome si „¿te pillo mal?“, lo cual hasta cierto punto es una tontería, porque nadie está obligado a coger la llamada y si no quiere, con tal de dejarlo sonar o rechazar, ya está…. Aun así, siempre me imagino que mi llamada puede inoportunar y me produce un ligero malestar.
Ésta es la razón principal por la que decidimos mantener el contacto con Lea en Flekke a través de correos electrónicos y su blog, que además le está quedando realmente bien. Hasta ahora ha ido bastante bien, pero hoy después de siete días de silencio, empecé a inquietarme un poco, aún a sabiendas que malas noticias vuelan más rápido que el viento….
Menos mal que en este caso la empatía de Lea estaba „conectada“, y llamó esta mañana para decirnos que se habían quedado sin conexión a Internet en el campus debido a las fuertes lluvias de los últimos días, que el técnico está de vacaciones y que el director intentó sin éxito arreglar la avería. Una vez recuperada la tranquilidad interior, se me escapó un sonrisa. Pensaba yo que estas cosas no suelen pasar en un país como Noruega, y resulta que es COMO EN CASA…
madres somos, y madres seremos…a mí también me preocupaba Lea y su silencio….pero después pensé en que tendría tanto para hacer que no le daría el tiempo para escribir. O se le habría acumulado tanto para contar, que nada. En fin, me alegro, por vos y por Lea!
beso grande