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Una noche como la de hoy, hace tres lustros, Juanjo y yo dimos un paseo de la Avenida de los Toreros, donde vivímos, hasta la Maternidad de O’Donnell. donde nos tocó parir. Recuerdo que hacia calor, como hoy. Al pasar por el parque de Eva Duarte de Perón sentí con agradecimiento el frescor de los barrederos echando agua al asfalto caliente y sediento después de todo un día expuesto al sol. Pepe había recogido a Lea y nosotros nos tomamos nuestro tiempo, recordando que la vez anterior, de primeriza, llegamos demasiado pronto al hospital, y „para qué“. Esta vez no nos iba a pasar. Así que paseamos despacito, respirando al son de las contracciones. Una noche tranquila, de poco tráfico, de poca gente, en la calle y en el hospital. Mientras Juanjo rellenó los formularios y dio los datos relevantes, yo subí a la planta de los paritorios. Tranquila, son una profunda confianza en la sabiduría de la naturaleza y de milenios de experiencias previas acumuladas en mi memoria inconsciente.

Hace tres lustros. Lo de los „lustros“ siempre me ha gustado. Ilustres lustros los que llevamos intentando acompañarnos de la mejor forma posible. Con más y con menos acierto. Pero siempre con toda la verdad por delante. Ya cuesta encontrar una flor que tenga un tamaño apropiado. El año que viene, a ver que hacemos, que ya me saca los primeros centímetros y no sé donde irá a parar.

003Geburtstagskind 2018

 

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