Contando con el breve pero intenso arranque, aún en el KUKU, en abril de 2015, llevo prácticamente 12 meses inmersa en este mundo particular de miles de hilos formando una única imagen.
Y se me ha hecho un callo en el dedo corazón, ahí donde suelo apoyar la canilla con la que aprieto el tejido para garantizar que mantenga la misma densidad.
Impresionante Andrea.
Que tengas bonito fin de año.
Besos y abrazos