Hay días que me acuesto casi al amanecer. Hay días que voy contra el reloj de los demás. Hay días que apenas nos vemos hasta el final. A las seis y media oigo los teresmil despertadores, cada uno gritando con su voz achatarrada. Pero como sé que no va conmigo, me hago la sueca, ni oigo, ni veo…… (¿qué les pasa a los suecos que dejan de oir y de ver cuando llegan a España?). A las ocho se cierra la puerta de casa con un golpe seco. Con la humedad la madera se ha dilatado y ya no cierra bien. En días malos, al lado empieza la discusión sobre el qué ponerse, en días buenos sólo se oye el crujir de la puerta del armario blanco donde guardamos la ropa de los niños. Hay días, que se oye un grito de quien ha pisado una pieza de lego, un pirata o la lanza de un caballero desperdigado por el suelo de la habitación. Yo como si no me entero, hasta que la mala conciencia me empuja fuera de la cama. Bajo, me siento, escucho……
La cena es diferente.
Hay ruisnäkkileipä -sabe como suena, áspero- con mantequilla y lo que se tercia. A Uli le gustan los tomates. Hoy había mercado. Son pequeños, de pata negra. Antes se compraban tomates, rojos si podía ser, sin más. Hoy tienen pata, y como si fuera poco, es negra. O son RAF, en mis oídos aún despierta asociaciones extrañas. Normalmente suelen ser un poco dulces, agradables al paladar. Hoy son ácidas y Uli se queja. Le digo que es como con las personas, cada una es un mundo aparte….pero hay que confiar, como en las bayas….y en la gente……
Tomatlichkeit, dice él.
Dice Lea, que tiene que montar un ppt para botánica, que ha encontrado un blog de una chica extremadamente „vegetal“, que defiende que no comamos animales „sintientes“.
Entonces, comemos ballenas, ¡qué bien! Pongo cara de desconcierto.
¿Por qué vas a comer ballenas si están en peligro de extincción?
Están sin dientes, ¿no?
Me cojo otro ruisnäkkileipä, tapo los pequeños cráteres con margarina, paté, un halo de mostaza, corto el pepinillo agridulce en tiritas casi transparentes, las reparto en forma de escamas en el pan.
El crujir tapa las noticias de la radio.
Es gibt Tage, da wird es fast hell, wenn ich ins Bett gehe. Es gibt Tage, da läuft meine Uhr anders als die der anderen. Es gibt Tage, an denen wir uns nicht sehen, bis sie fast vorbei sind. Um halb sieben hör ich die dreitausend Wecker scheppern. Mit gilt es nicht, also tu ich so, als hörte ich sie nicht (seltsam, auf Spanisch stellt man sich schwedisch, so wie einem das was bei uns spanisch, hier chinesich vorkommt). Um acht wird die Haustür zugezogen. Das Holz ist wegen der Feuchtigkeit angeschwollen und sie geht nur schwer zu. An schlechten Tagen beginnt jetzt nebenan die Diskussion um das, was angezogen werden soll, an guten hört man nur das Quitschen der Schranktür. Manchmal ein Schrei von jemandem, der auf einen Legostein, einen Pirat oder eine auf dem Fussboden verstreut liegenden Ritterlanze getreten ist. Ruhe aussen. Innen plagt mich mein schlechtes Gewissen und wirft mich schliesslich aus dem Bett. Ich geh runter, setz mich, hör zu…
Das Abendbrot ist ganz anders.
Es gibt Ruisnäkkileipä -schmeckt wie es klingt, knusprig- mit was grad da ist. Uli mag Tomaten gern. Heut war Markt, sie sind klein, „pata negra“. Wie die Schweine. Spitzenqualität, oder RAF, was seltsam klingt in meinem Ohr. Früher waren sie rot, wenns ging. Normalerweise schmecken sie etwas süsslich, heute nicht. Uli beschwert sich. Ich sag ihm, dass ist wie bei den Menschen, jeder ist eine Welt für sich… man muss zuversichtlich sein, wie bei den Beeren,…… und bei den Menschen……
Tomatlichkeit, sagt er.
Lea erzählt, dass sie einen blog gefunden hat, von einer „vegetalen“ Bloggerin, die dafür eintritt keine „fühlenden“ (sintientes) Lebewesen zu essen.
Dann essen wir Walfleisch, wie toll. Ich schau verwirrt drein.
Warum willst du Walfleisch essen, wo sie doch vom Aussterben bedroht sind?
Na sie sind doch zahnlos (sin dientes)…..
Ich nehm mir noch ein Ruisnäkkileipä aus der Packung, streich die kleinen Krater mit Margarine zu, dann Leberwurst, ein Hauch Senf, schneide die Essiggurke in durchscheinende Scheibchen und leg sie schuppenartig auf das Brot.
Das Knuspern übertönt die Nachrichten im Radio.
ah, precioso poema el de Annette!
Tomates con patas??? no es un poco asqueroso??? no serán granitos de adolescente???
lindísima crónica
beso