Desde hace unos días me encuentro bajo el EFECTO PENELOPE, no sé si lo sufro o si lo disfruto….. tejiendo muslo de mujer puede tener su aquél. Ya tendría cuatro patas si fuera por lo que de hecho y deshecho.
También puede ser, considerando lo intenso que se está presentando el diálogo con esta pieza, que la llegada al ecuador, en el que se sitúan la cadera y el ombligo de la figura humana, me confronta con una reflexión sobre mi fidelidad respecto de mi propio boceto:
Desde que estoy construyendo la persona, crece el impulso de romper la armonía sobre la que se apoya esta pieza, a pesar de o justamente a causa de la ambigüedad que transmite.
Cuestionar una decisión, soltar un „hilo narrador“, sustituir una lectura por otra o simplemente cambiar la prioridad de los mensajes……
Agradezco que me esperan unos días alejados del telar para poder pensarlo con tranquilidad.