Sé que me repito, igual hasta que aburro a más de uno, que así sea, porque no puedo evitar que la muerte de 400 personas altere mi consciencia, mi alma, mi mente…..
„Unas 400 personas murieron ahogadas el martes, según Save the Children y ACNUR, cuando intentaban llegar a Italia por mar huyendo de la violencia en Libia. Cuatrocientas personas. Repito la cifra y la palabra para que se aprecie la magnitud de una tragedia que en Europa ha sido despreciada. De un solo golpe, 400 seres humanos –sí, como nosotros- han dejado de existir, 400 familias como la nuestra –perdonad que insista en lo evidente- ya no volverán a ver con vida a ese hijo, esa madre, ese padre, esa sobrina o ese amigo. Probablemente no recuperen ni sus cuerpos. No importan porque no eran de los nuestros. Ni nuestras autoridades quieren que lo sean: Italia canceló su programa Mare Nóstrum (más barcos, más grandes, más salvamentos) y la UE lo sustituyó por el Tritón (menos barcos, más muertos). Mejor que se ahoguen en el mar, que tener que acogerlos. Pues ahí los tienes: 400 muertos más.“
Así comienza Javier Gallego, director de Carne Cruda, su artículo publicado el 17/04/2015 en elDiario.es. No puedo estar más de acuerdo con él y con las reflexiones que desarrolla en los siguientes párrafos.
Detalle del boceto „De náufragos y nómadas“
Una vez más me invade una mezcla entre la vergüenza por ser europea, europea de una Europa tan presuntuosa y prepotente, tan autocomplaciente, tan poco solidaria, tan negada a sentir empatía y tan huidiza ante la responsabilidad de buscar y encontrar soluciones a este drama humanitario más allá incluso de los programas de rescate como el Mare Nostrum, porque el orígen del problema, evidentemente, no está en las pateras que se hunden en el mar, el orígen del problema, y lo sabemos todos, está en tierra, en los confictos políticos, bélicos, económicos y sociales que azotan a la población que habita el continente africano, y en los que Europa tiene gran parte de responsabilidad…..
Detalle del boceto „De náufragos y nómadas“
Vergüenza, rabia, dolor e impotencia, mucha…… Cada persona, independientemente de tener mucha o poca capacidad de empatía, independiente de ser más o menos solidaria, creo que tiene asuntos que la afectan más que otros. Muchas veces es porque nuestras propias experiencias nos han hecho más permeables, más sensibles a determinadas injusticias; a veces porque nuestra forma de ser, de sentir y de vivir la vida, hace que desarrollemos afinidades con determinados colectivos; o porque nos pilla en momentos de vulnerabilidad en los que sentir la de los demás nos es más fácil…….
Detalle del boceto „De náufragos y nómadas“
Desde que he tomado las riendas de mi vida con cierta consciencia me acompaña una sensación de desarraigo, de „fuera de lugar“ o, dicho de otra manera, de „lejos de mi lugar“, de este lugar del que después de 50 años aún no sé donde se encuentra.
Hace unos meses me tropecé en las redes con una palabra que para mi define esta sensación que, por tanto tiempo sentida, se ha convertido en parte de mi ser: hiraeth, significa nostalgia, la añoranza de un hogar al que no se puede regresar, a un hogar que quizá nunca existió, la añoranza por la pérdida de un lugar de tu pasado.
Es esta sensación la que me ha convertido en nómada, me ha hecho viajar, me ha hecho sentirme extraña, casi siempre, aceptada, a veces. Los nómadas no tenemos nada que ver con los náufragos, pero de alguna manera somos unos y otros las dos caras de una moneda, obedecemos a la necesidad de movernos, aunque los motivos sean diferentes. Quizá por ello me parecía lógico unir estos dos vertientes en un proyecto que inicié hace años, un proyecto de tapiz narrativo ambicioso teniendo en cuenta este alma nómada que me habita.
Detalle del boceto „De náufragos y nómadas“
El boceto de este proyecto sigue colgado en la pared, solo en parte he podido tejerlo antes del ultimo movimiento, y ya no me queda tiempo para abordar el trabajo antes de tener que levantar el vuelo de nuevo. En el intermedio había momentos en los que me invadían las dudas sobre si vale la pena seguir empeñada en la realización de esta pieza.
Detalle del boceto „De náufragos y nómadas“
El martes pasado decidí que sí. Que sí vale la pena. Mientras muere gente en el mar, en vallas, en muros, en desiertos, en selvas, en campos de refugiados; mientras hay gente en el mundo que se ve forzada a dejar su hogar, a entregarse a la incertidumbre, a la desesperación y a la esperanza de encontrar un lugar donde vivir mejor, donde vivir en paz, con dignidad, mientras existen los naufragios visibles e invisibles, es necesario que cada uno de nosotros, de la manera que sepamos, tengamos presentes y hablaremos de ello, para no olvidar a todas las personas que sufren esta injusticia.
El próximo hogar, sea donde sea, espero que me dé la oportunidad de hacerlo.
Por cierto, y volviendo al presente:
La operación de salvamento Mare nostrum finalizó el 31.10.2014. La operación Triton, que se lleva a cabo desde el 1 de noviembre de 2014 por parte de la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores de los Estados miembros de la Unión Europea, FRONTEX, está lejos de poder sustituir a Mare nostrum, puesto que su cometido primordial es el de proteger las fronteras de la Unión Europea de la inmigración ilegal. Además, su campo de acción no es la alta mar, sino que esta limitado a las zonas cercanas a las costas, y cuenta con tan solo una tercera parte del presupuesto de Mare nostrum.
Es vergonzoso que la Unión Europea hasta la actualidad no se haya mostrado dispuesta a asumir los costes que conllevaría la continuidad de la operación Mare nostrum. Si Europa no cambia su postura, será responsable de que el Mediterráneo se sigua convirtiendo en una de las fosas comúnes mejor vigilada del mundo.
El siguiente gráfico, publicado en un artículo en el periódico alemán Die Zeit, el 17 de abril muestra el aumento del número de muertos y desaparecidos desde 2014.
