Elke Heidenreich, escritora, lectora, crítica, moderadora alemana escribió este texto como prólogo a un libro publicado por Stefan Bollmann bajo el título „Mujeres que escriben, viven peligrosamente“. Lo encontré hace poco buscando textos sobre „museriche“, es decir musas de género másculino. No los he encontrado y, en cambio, me he quedado con este texto. Es un poco largo, y no es nuevo (2006), pero me gustó mucho, y aunque no habla de tejedoras, me siento incluida.
Aquí lo coloco, con una traducción casera al español, para compartir y rendir homenaje a todas las mujeres que viven el arte día a día, a las que han muerto en el intento y a las que llegan a la luz del consciente colectivo, a las que lo viven en las cocinas, en el trabajo, en el parque, en el taller, en el museo, y en cualquier lugar donde estén y contemplen, observen, vean, escuchen y sientan la vida y encuentren la forma de contar…..
Dichterinnen in Gefahr // Poetisas en peligro
Texto publicado en el periódico alemán: F.A.Z., 16.03.2006, Nº. 64 / página 38
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Text: F.A.Z., 16.03.2006, Nr. 64 / Seite 38
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Aus dem Vorwort des von Stefan Bollmann herausgegebenen Bandes „Frauen, die schreiben, leben gefährlich“, Elisabeth Sandmann Verlag
Prologo del libro „Frauen, die schreiben, leben gefährlich“, publicado por Stefan Bollmann en la editorial Elisabeth Sandmann
Von Elke Heidenreich // De Elke Heidenreich
Sylvia Plath // Ingeborg Bachmann // Virginia Woolf
„Wir geistigen Frauen enden als Verliererinnen in Liebesgeschäften“, schreibt die argentinische Lyrikerin Alfonsina Storni, ehe sie sich – mit 46 Jahren – ins Meer stürzt. Auch die früheste aller Dichterinnen, Sappho, soll ihr Leben im Meer beendet haben. Sie war sich ganz sicher, daß Frauen genauso schreiben können wie die Männer.
„Nosotras, las mujeres intelectuales terminamos como perdedoras en los asuntos amorosos”, escribió la poetisa argentina Alfonsina Storni, antes de triarse, con sólo 46 años, al mar. También de la primera de todas las poetisas, Safo, se dice que puso fin a su vida entregándose al mar. Estaba más que segura que mujeres pueden escribir igual que os hombres.
Für Ingeborg Bachmann war das Schreiben die schmerzlichste aller „Todesarten“; die Gedichte von Sylvia Plath und Anne Sexton entstanden aus den Beschädigungen, die ihnen die Realitäten der fünfziger und sechziger Jahre in Amerika (die Mütter! die Männer!) zugefügt hatten. Beide starben durch Selbstmord – Sylvia Plath steckte, dreißigjährig, den Kopf in den Gasofen, vorher schnitt sie sich zur Vorsicht auch noch die Pulsadern auf. Anne Sexton machte ihren ersten Selbstmordversuch mit 29 Jahren, es folgten noch viele weitere Versuche und Jahre der Therapie, in denen sie immer vom Selbstmord sprach und ihn „den Ausweg für Frauen“ nannte. Mit 45 Jahren zog sie den Pelzmantel ihrer Mutter an, trank ein Glas Wodka, ging in die Garage und vergiftete sich mit Autoabgasen. „Wenn der Tod einen nimmt und durch die Mangel dreht, ist es ein Mann. Aber wenn man sich selbst umbringt, ist es eine Frau“, schrieb sie.
Para Ingeborg Bachmann, escribir era la más dolorosa de todas las „maneras de morir“, los poemas de Sylvia Plath y Anne Sexton resultan de los daños, que les había inferido la realidad de los años cincuenta y sesenta en América (¡las madres! ¡los hombres!). Las dos se suicidaron. Sylvia Plath metiendo la cabeza en el horno de gas, no sin antes cortarse las venas, por si acaso. Anne Sexton intentó por primera vez quitarse la vida con 29 años. Muchos otros intentos seguirían, y años de terapia, en los que nunca dejó de hablar de suicidio llamándolo “la salida para mujeres”. Con 45 años se puso el abrigo de piel de su madre, se tomó un vaso de vodka, se metió en el garaje y se envenenó con los gases de escape. “Cuando la muerte coge a alguien y le aprieta las clavijas, es un hombre, pero si alguien se suicida, es una mujer.”
Mit Steinen in den Fluß //Con piedras al río
Die romantische Dichterin Karoline von Günderrode veröffentlichte ihre Lyrik zunächst unter dem Männernamen Tian, verzweifelte dann an der Unmöglichkeit, als Frau ein freies, kreatives, künstlerisches Leben zu führen, und stach sich 1806 einen Dolch ins Herz: Sie war 26 Jahre alt. Carson McCullers‘ großer Roman „Das Herz ist ein einsamer Jäger“ erschien 1940, sie hatte ihn mit nur 23 Jahren geschrieben. Der Erfolg ruinierte ihre Ehe mit einem erfolglosen Schriftsteller, Schlaganfälle und ein rastloses Leben ruinierten ihre Gesundheit – sie wurde keine fünfzig Jahre alt. Virginia Woolf steckte sich Steine in die Jackentaschen und ertränkte sich, gerade fünfzig, in einem Fluß.
La poetisa romántica Karoline von Günderrode publicó su poesía primero bajo el nombre masculino Tian., luego se desesperó ante la imposibilidad de poder vivir una vida libre, creativa, como artista, por el simple hecho de ser mujer. Se clavó un puñal en el corazón: tenía tan sólo 26 años. La gran novela de Carson McCuller, El corazón es un cazador solitario, se publicó en 1940. Lo había escrito con 23 años. El éxito arruinó su matrimonio con un escritor fracasado, infartos y una vida alborotada arruinaron su salud, no alcanzó ni los cincuenta. Virginia Woolf se metió piedras en el bolsillo de su chaqueta y se ahogó en el río, poco después de cumplir los cincuenta.
Die Reihe ließe sich noch lange fortführen. „Frauen schreiben nicht, und wenn sie schreiben, bringen sie sich um“, zitiert die uruguayische Lyrikerin Cristina Peri Rossi ihren Onkel in einem Nachruf auf ihre argentinische Kollegin Marta Lynch, die sich 1985 erschossen hatte.
Podríamos seguir ampliando la lista. “Mujeres no escriben, y si escriben, se suicidan”, cita la poetisa uruguaya Cristina Peri Rossi a su tío en una necrología después de que se colega argentina Marta Lynch se había quitado la vida con un disparo en 1985.
Wo sind die Musen der Frauen?//¿Donde están las musas de las mujeres?
Was geschieht hier? Warum verzweifeln gerade die klügsten, die schöpferischsten, die begabtesten Frauen so sehr am Leben, daß sie es nicht mehr aushalten können? Das, was Männer beflügelt, zerstört offenbar Frauen: die Gleichzeitigkeit, eine Liebe zu leben und sich künstlerisch zu etablieren. Dazu kommt etwas ganz Einfaches, etwas ganz und gar Unerträgliches: Frauen regeln den Alltag von Männern, damit diese schreiben (oder was auch immer tun) können. Wer regelt eigentlich den Alltag von Frauen? Frauen werden gern als die Musen der Männer bezeichnet. Wer und wo sind denn aber die Musen der Frauen? Die Frau muß sich selbst Muse sein.
¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué son justamente las mujeres más inteligentes, más creativas, más talentosas las que desesperan tanto ante la vida, que no la pueden aguantar? Lo que da alas a los hombres, parece matar a las mujeres: la simultaneidad entre vivir un amor y establecerse como artista. A esta circunstancia se une algo muy sencillo, y sumamente inaguantable: las mujeres organizan la vida cotidiana de los hombres para que éstos puedan escribir (o lo que sea que quieren hacer). ¿Y quién organiza la vida cotidiana de las mujeres? Gusta denominar a las mujeres como musas de los hombres. ¿Pero quiénes son y dónde están los “musos” de las mujeres? La mujer tiene que servirse a sí misma de musa.
Nicht nur den schreibenden Frauen ging es so (..). Der Maler Max Beckmann machte seiner Mathilde, die Geigerin war, zu Beginn der Ehe unmißverständlich klar: „Wenn du Karriere machen willst mit der Geige, dann laß‘ ich dich frei. Aber wir können dann nicht zusammen leben. Entweder du wirst Geigerin, oder du bleibst bei mir. Beides geht nicht. Ich brauche dich ganz oder gar nicht.“ Mathilde gab die Geige auf. Ich wüßte kein einziges Beispiel, wo eine Frau einem Mann zu Beginn der Ehe ein solches Opfer abforderte!
No les pasó sólo a las mujeres escritoras (….) El pintor Max Beckmann le dejó las cosas muy claras a su Mathilde, violinista de profesión, nada más casarse: “Si quieres hacer carrera con el violín, te dejo libre. Pero entonces no podemos vivir juntos. O te haces violinista, o te quedas conmigo. Las dos cosas no pueden ser. Necesito de ti todo, o nada.”. Mathilde abandonó el violin. No sé de ningún ejemplo, en el que una mujer haya exigido de su marido un sacrificio como este.
Begabter als F. Scott Fitzgerald // Más talento que F. Scott Fitzgerald
Frauen, die Künstlerinnen sind, möchten natürlich auch als Frauen wahrgenommen werden – sie möchten begehrt und geliebt werden, aber „…es ist sehr schwer, gleichzeitig zweierlei zu sein: erstens jemand, der nach seinen eigenen Gesetzen leben will, und zweitens jemand, der die netten alten Dinge behalten und geliebt und geborgen und beschützt sein möchte“, schrieb Zelda Fitzgerald, die genauso begabt, gescheit und sogar weit witziger gewesen sein soll als ihr Mann Scott Fitzgerald und die in Nervenheilanstalten endete.
Mujeres que se ven a sí mismas como artistas, naturalmente también quieren ser vistas como mujeres – quieren saberse deseadas y amadas, pero “….es muy difícil, ser dos a la vez: alguien quién quiere vivir según sus propias leyes, y alguien, quien quiere conservar las cosas agradables de antes, quiere sentirse amada, cuidada y protegida”, escribió Zelda Fitzgerald, de la que se dice que había sido igual de talentosa, inteligente e incluso mucho más divertida que su marido Scott Fitzgerald, y que terminó en un psiquiátrico.
Martin Luther hatte für alles eine Erklärung: Eva hat gesündigt, also muß die Frau ewig büßen und hat das Recht auf ein eigenständiges Leben für immer verwirkt. Es dauerte bis zur Französischen Revolution, bis endlich „l’homme“ nicht mehr nur „Mann“, sondern „Mensch“ bedeutete. Das heißt, die kühne Vision der Gleichberechtigung stand 1789 endlich am Himmel. Da ist sie auch weitgehend geblieben. Denn es sind immer noch meistens die Frauen, die den Alltag bewältigen, die Kinder großziehen, den Haushalt führen, und sie wollen natürlich als Frau auch noch gefallen und geliebt werden, und gleichzeitig wollen sie leidenschaftlich brennen für ihr Werk, intensiv leben für ihre Arbeit, und daß diese zermürbenden Widersprüche zur Katastrophe führen müssen, das merken sie, wenn sie alt, einsam, verlassen, krank, drogensüchtig, Alkoholikerin, verrückt, weggesperrt, an den „Frösten der Freiheit“ (Marieluise Fleißer) erfroren sind oder kurz vorm Selbstmord stehen: Else Lasker-Schüler, Mascha Kaleko, Irmgard Keun, Jane Bowles, Unica Zürn, Adelheid Duvanel, Marlen Haushofer, Dorothy Parker, Nelly Sachs, Katherine Mansfield, Annemarie Schwarzenbach – ach, es sind so viele.
Martin Luther tenía una explicación para todo: Eva pecó; por ello, la mujer tendrá que hacer penitencia eternamente y perdió para siempre el derecho a una vida propia, autónoma. Había que esperar hasta la Revolución Francesa, hasta que “l’homme” no sólo significaba “hombre” sino “persona”. Es en 1789, pues, cuando la osada visión de la igualdad en derechos y oportunidades apareció por primera vez en el horizonte. Ahí se ha quedado en gran medida. Siguen siendo las mujeres las que en la mayoría de los casos se ocupan del engranaje cotidiano, las que educan a los hijos, las que asumen las tareas domésticas y, como es natural, además quieren gustar como mujer y ser amada como tal, y a la vez quieren arder apasionadamente para su obra, vivir intensamente para su trabajo. Y no se percatan de que estas contradicciones demoledoras tienen que conducir hacia el catástrofe, hasta que están viejas, solas, abandonadas, enfermas, drogodependientes, alcohólicas, locas, encerradas, muertas del frío de “las heladas de la libertad” (MarieLuise Fleisser) o se encuentran al borde del suicidio: Else Lasker-Schüler, Mascha Kaleko, Irmgard Keun, Jane Bowles, Unica Zürn, Adelheid Duvanel, Marlen Haushofer, Dorothy Parker, Nelly Sachs, Katherine Mansfield, Annemarie Schwarzenbach, y tantas, tantas más…
Nur das Große gefällt mir // Sólo lo grande me gusta
Und doch, wie arm wären wir, hätten nicht all diese Frauen genau das versucht: einen solchen Spagat auszuhalten, trotzdem zu schreiben, Gedichte, Erzählungen, Romane von unbeschreiblicher Kraft und Intensität zu schaffen, die uns Nachkommende ermutigen, prägen und trösten! Nicht alle scheiterten ja, vielen gelang es, sich eine Existenz als Schriftstellerin aufzubauen, unter welchen Opfern auch immer.
Y con todo, que pobres seríamos hoy si todas estas mujeres no lo hubieran intentado: aguantar el ejercicio extremo de seguir escribiendo, poemas, relatos, novelas, de una fuerza e intensidad indescriptible, que nos anima, dejan marca en nosotras y nos dan consuelo a las que venimos después.
Und sowohl in ihren Erfolgen als auch in ihrem Scheitern, in den vielen Selbstmorden, den Verzweiflungstaten, Krankheiten der schöpferischen Frauen liegt ja eine enorme Kraft, die uns beeindruckt. Diese Frauen haben Gedichte hinterlassen, an denen wir uns, wie es die polnische Lyrikerin Wislawa Szymborska so wunderbar ausdrückt, festhalten „wie an einem rettenden Geländer“. Den Frauen war der Konflikt ihres Lebens ja durchaus bewußt, es war ihnen klar, daß sie anders waren, und das Anderssein ist immer auch Stärke (…).
Y tanto en los éxitos de estas mujeres creadoras como en sus fracasos, sus actos de desesperación absoluta, sus enfermedades hay una fuerza tremenda que nos impresiona. Estas mujeres nos han dejado poemas en los que nos podemos agarrar “como en una barrandilla”, como decía tan maravillosamente la poetisa polaca Wislawa Szymborska. Pues estas mujeres eran conscientes del conflicto que dominaba su vida, sabían que eran distintas, y “ser diferente” siempre es también “ser fuerte”. (…)
Er sähe mich lieber als virtuose Hausfrau // Preferiría verme como virtuosa ama de casa
Natürlich hat sich der jahrhundertelange Status der Frau, Objekt, Anhängsel, Untergebene zu sein, zumindest in westlichen Ländern in den letzten Jahrzehnten geändert. Sie ist durchaus Subjekt, eigenständig, weitgehend gleichberechtigt. Und nicht wenige Männer haben noch immer massive Probleme damit. Robert Musil schrieb in dem 1929 erschienenen Buch „Die Frau von morgen“: „Die Frau ist es müde geworden, das Ideal des Mannes zu sein, der zur Idealisierung nicht mehr die rechte Kraft hat, und hat es übernommen, sich ihr eigenes Wunschbild auszudenken… Sie will überhaupt kein Ideal mehr sein, sondern Ideale machen, zu ihrer Bildung beitragen, wie es die Männer tun.“
Por supuesto ha cambiado el estatus de la mujeres, de ser objeto, apéndice, subordinada, al menos en los países occidentales a lo largo de las últimas décadas. Es sujeto, independiente, más o menos disfruta de igualdad en derechos y oportunidades. Y no son pocos los hombres que aún tienen tremendos problemas con este cambio. Robert Musil escribió en su libro “La mujer de mañana”, publicado en 1929: “La mujer se ha cansado de ser el ideal del hombre, que ya no tiene la fuerza suficiente para la idealización, y ha empezado a crear su propio ideal … En ningún caso quiere seguir siendo un ideal, los quiere hacer, quiere participar en su creación, tal como lo hace el hombre”.
Aber lassen die Männer sie denn? „Meinem Mann gefällt es nicht, daß ich mich so ganz der Schriftstellerei widme“, schreibt die tschechische Schriftstellerin Bozena Nemcova, die mit 42 Jahren nach einer sehr unglücklichen Ehe starb. „Er sähe mich lieber als virtuose Hausfrau, ich begreife, daß wir dann glücklicher wären.“ Sylvia Plath schrieb ihre Gedichte morgens vor fünf Uhr, ehe die Kinder aufwachten. Die Schriftstellerin Sybille Bedford sagte lakonisch: „Mutterliebe und Literatur lassen sich nicht vereinbaren“, und in der Tat haben viele hochbegabte Frauen auf Kinder verzichtet, und die, die doch Kinder großgezogen haben, taten es unter unendlichen Anstrengungen, an denen sie nicht selten zerbrachen. 1947 schrieb die Schriftstellerin Elisabeth Langgässer in einem Brief: „Die Alltagsarbeit wird von Tag zu Tag schwieriger, und der Haushalt verschlingt die letzten Kräfte wie ein triumphierender Moloch, dem die Saftbrühe rechts und links vom Maul herunterläuft…. Immer fühle ich, was es heißt, eine Kerze an beiden Enden anzuzünden.“ Frauen, die schreiben, leben gefährlich. Sie leben vor allem in der Regel sehr kurz, und wenn es doch ein längeres Leben wird, dann manchmal eines in Einsamkeit und Elend, und am Ende stand oft auch noch das völlige Vergessen – wie etwa bei Mascha Kaleko oder Irmgard Keun, die erst jetzt zögernd wiederentdeckt werden.
¿Pero, los hombres la dejan? “A mi marido no le gusta que me dedique plenamente a la literatura”, escribió la literata checa Bozena Nemcova, que murió con 42 años después de un matrimonio tremendamente infeliz. “Preferiría verme como virtuosa ama de casa, entiendo, que entonces seríamos mucho más felices”. Sylvia Plath escribió sus poemas de madrugada, antes de las cinco y antes de que despertaran los hijos. La escritora Sybille Bedford decía lacónicamente: “amor de madre y literatura no se dejan conciliar”, y de hecho, muchas mujeres altamente talentosas han renunciado a tener hijos, y las que sí los han criado, lo han hecho bajo unos esfuerzos tremendos, bajo los cuales no pocas veces quebrantaron. En 1947 escribe la literata Elisabeth Langgässer en una carta : “El trabajo cotidiano me resulta con cada día más difícil, y las tareas de casa absorben las últimas fuerzas como un Moloch triunfante, al que las babas caen de ambos lados de las fauces….. Siempre siento lo que significa prender una vela de los dos extremos.”. Mujeres que escriben, viven peligrosamente y, sobre todo, suelen vivir poco. Cuando es una vida más larga, muchas veces lo es en soledad y miseria, y al final, muchas veces las esperaba el profundo olvido, como en el caso de Mascha Kaléko o Irmgard Keun, que han tenido que esperar hasta ahora para ser redescubiertas.
(…)
Das Grauen der Einsamkeit // El espanto de la soledad
(…) Eine der letzten Zeichnungen von Else Lasker-Schüler zeigt eine am Baum erhängte Gestalt, wir erkennen den schmalen „Prinzen von Theben“, der sie selbst war, unter dem Bild steht: „Im Grauen der Einsamkeit“. Nach ihrem Tod nannte Benn sie „die größte Lyrikerin, die Deutschland jemals besaß“. Der Lebenden hätte dieser Satz mehr geholfen.
(..) Uno de los últimos dibujos de Else Lasker-Schüler muestra un personaje colgado de un árbol, reconocemos el delgado “Príncipe de Tebas”, que no era otro que ella misma. Debajo vemos: “En el espanto de la soledad”. Después de su muerte, Benn la llamó “la poetisa más grande que Alemania jamás había tenido”. En vida, esta frase la hubiera ayudado más.
Eines aber muß hier gesagt sein: daß natürlich auch schöpferische Männer dieses Grauen der Einsamkeit sehr wohl kennen, die Zweifel, die Überforderungen, das Sich-selbst-Ausbeuten. Nur sind ihre Lebensbedingungen in der Regel einfacher als die von Frauen, und auch die Erwartungen der Gesellschaft sind an einen Mann letztlich doch andere als an eine Frau. Jede Frau, die – wie ich – in der Öffentlichkeit arbeitet, weiß ein Lied davon zu singen. Man braucht sehr viel Kraft, sehr viel Selbstbewußtsein. Damit sieht es in der Regel bei Frauen schlechter aus als bei Männern.
Pero una cosa sea dicha: que también había hombres creativos que conocían este espanto de la soledad, las dudas, es esfuerzo excesivo, el explotarse-a-sí-mismo. Sólo que sus circunstancias vitales, por regla general, suelen ser más fáciles que en el caso de las mujeres, y también las expectativas que la sociedad formula al hombre son diferentes a las que formula a la mujer. Todas las mujeres que, como yo, trabajan en el espacio público, lo saben por experiencia. Se necesita mucha fuerza, mucho aplomo. Características que en las mujeres, en general, no se encuentran en la misma medida que en los hombres.
(…)
Shakespeares Schwestern // Las hermanas de Shakespeare
Unsern Himmel müssen wir uns selbst erschaffen. Dazu gehört nach Virginia Woolf vor allem, daß eine Frau ein eigenes Arbeitszimmer hat, wie ein Mann, „und wenn wir an die Freiheit gewöhnt sind und an den Mut, genau das zu schreiben, was wir denken; wenn wir dem gemeinsamen Wohnzimmer ein bißchen entronnen sind und menschliche Wesen nicht immer nur in ihrer Beziehung zueinander sehen, sondern in Beziehung zur Wirklichkeit; … wenn wir der Tatsache ins Auge sehen – denn es ist eine Tatsache -, daß es keinen Arm gibt, auf den wir uns stützen könnten, sondern daß wir allein gehen und daß unsere Beziehung eine Beziehung zur Welt der Wirklichkeit und nicht zur Welt der Männer und Frauen sein sollte, dann wird diese Gelegenheit kommen, und die tote Dichterin, die Shakespeares Schwester war, wird den Körper annehmen, den sie so oft abgelegt hat.“
Nuestro cielo tendremos que crearnos nosotras mismas. Parte importante de ello es, según Virginia Woolf, que la mujer disponga de un despacho, como el hombre, “y cuando nos acostumbremos a la libertad y al coraje de escribir exactamente lo que pensamos, cuando nos hayamos escapado, aunque sea un poco, de la sala de estar compartida y concibamos los seres humanos no sólo en la relación que existe entre ellos, sino también en relación con la realidad, cuando seamos capaces de aceptar el hecho, de que no existe brazo alguno en el que poder apoyarnos, sino que andamos solas y que nuestra relación debería ser una relación con el mundo de la realidad y no con el mundo de hombres y mujeres, entonces surgirá esta oportunidad, y la poetisa muerta, que había sido la hermana de Shakespeare, tomará el cuerpo que se quitó tantas veces.
Leben ist gefährlich. Am Ende steht immer der Tod. Schreiben ist gefährlich. Am Ende des Schreibens steht das Werk. Die Werke der Schriftstellerinnen, die mit ihrem Leben dafür bezahlt haben, helfen uns – mir – durch die noch verbleibenden Jahre.
La vida es peligrosa. Al final siempre espera la muerte. Escribir es peligroso. Al final del escribir está la obra. La obra de las escritoras, que lo pagaron con su vida nos ayuda, me ayudan, a seguir a través de los años que aún me quedan.
Metropolis de Fritz Lang
Hola mujer ??? Gracias por tu extenso comentario. Gracias por compartir tu opinión, tus observaciones, tu propuesta y tus convicciones con los que „nos leemos“ con más o menos regularidad en este espacio virtual.
Un saludo, Andrea.
El articulo pasa por alto otra cosa; no todos los hombres escriben, ni tienen tiempo para leer o pensar sobre lo que les rodea, observar…En realidad, la mayor parte de los hombres (y de las mujeres) no escribe, porque estan muy ocupados, o bien, en sobrevivir, o bien, en saciar falsas necesidades. Los hombres tambien estan alienenados. Todos lo estamos, hombres y mujeres. La realidad que percibimos y en la que vivimos no es la verdad; es el conjunto de las sombras proyectadas en el muro de la caverna platonica… Cabria preguntarse por lo que hay detras de la sombras… Por ello os propongo una cosa:
En primer lugar, osad mostrar lo que sois. En segundo lugar, no acepteis que ningun hombre (o mujer), individuo, representante institucional (estado, iglesia, asociacion, partido, secta) os diga lo que una mujer es o debe ser -una mujer no es una madre, ni es una esposa, no es un puta, no es una sumisa; una mujer es una persona y, por supuesto, una mujer y, que nadie me venga diciendo que no soy una mujer porque no me comporto como tal. A cada cual de crearse su modelo y su dios. A lo largo de la historia, numerosos han sido los hombres que se han premitido dictar a las mujeres lo que ellas son, pueden y no pueden hacer.
En tercer lugar, focalicemos nuestra mirada en la realidad y en lo real, no en los hombres. La mujer no es un hombre, la mujer es un ser poderoso, tanto o mas que el hombre, pero no menos. Osemos a ser MUJERES, no su sucedaneo.
Cuando la mujer busque su liberacion que no se olvide de liberar tambien al hombre. Solo asi dejaremos de ser vistas como „lo otro diferente“. Actuemos como mujeres que ejercen su libertad y no como mujeres que actuan como cualquier otra minoria oprimida.
Seguro que todo el mundo a visto la pelicula de MERTROPOLIS…miradla otra vez.
un besito
La familia, los hijos, el marido, la casa y, sobretodo, la mirada de los demas sobre la mujer son una carga, si, pero las responsabilidades familiares han de ser compartidas y, si no lo son, mujer, no hagas lo que no quieras hacer, lo que no corresponda a tus prioridades cotidianas -actua y no justifiques, ni argumentes nada. No grites, no te enfades, no intentes convencer a nadie, simplemente, actua con perseverencia-. Si ciertas tareas no estan hechas, el marido acabara haciendolas por razones vitales. No te querra menos por ello, al contrario!!, te respetera y te admirara por un lado y, por el otro, deseara poseerte. Cierto, hara todo por reducirte a sus deseos y sobretodo, intentara culpabilizarte.
Todo se reduce al miedo de la mujer a no ser amada y al ser abandonada. En mi vida personal, quiero ser amada por lo que soy. Si alguien no me ama por lo que soy, no me ama; ama a una mujer que no existe, a una imagen mental. Una mujer violinista que deja el violin comete un error, porque no sabe que si no deja el violin, su hombre va a desearla aun mas.
Las mujeres tenemos la misma fuerza y aplomo que los hombres e incluso mas, solo hay que saber que es lo que se quiere y, pensar que solo se vive una vez.
bueno Andrea, qué te puedo decir que no lo esté viviendo?
Mujeres, hermanas de Shakespeare, escriben, sufren, y mueren.
Ley?
ya lo sé, diana. te tenía todo el tiempo en mente mientras lo estaba pensando, leyendo, traduciendo…., también aman, crean, y de vez en cuando hasta que rien, besan, acarician… Menos mal. Porque no es ley ni es destino, es la incomprensión del entorno la que hace quebrar voluntades, la ignorancia, la intoleranci, la inquisición….
Andrea: te robo un pedazo hoy para mi blog, porque desde que leí este artículo tuyo, me quedé tocada, y es bueno que los demás escuchen a la locura, la locura que hay dentro de la cabeza de estas mujeres, desdobladas, dobladas, y al fin , suicidadas por la sociedad como diría Antonin…
Un beso, gigante , inmenso, y mis amigos , que te leen, piensan se enamoran de vos, se enamoran de tu fuerza, tus tejidos, tus fotos…
Fijate si encontrás algo de la colombiana Clemencia Tariffa, una colombiana a la que encerraron, escribí sobre ella en Hoax o Desparramo.
Otra poeta maldita!!!