(…) Vor dem Aquarell eines schwarzen Menorcahuhns blieb Martin Persson stehen.
„Du musst mit mir nach Hause kommen und meine Hühner malen“, sagte er. „Eine solche Hühnermalerin hab ich mein Lebtag noch nie gesehen. Wir werden deine Bilder auf sämtlichen Federviehausstellungen auf der ganzen Welt zeigen.“
Er nahm Ma-Los Hände in die seinen: „Versprich mir, meine Hühner zu malen. Ich will, dass du jedes einzelne malst.“
„Wie viele hast du?“, fragte Ma-Lo und strich Martin Persson über die Wange.
„Sechstausendsechshundertsechzehn“, sagte Martin Persson und schloss Ma-Lo in die Arme.
„Das dauert ja ein ganzes Leben lang“, lächelte Ma-Lo an seiner Brust.
„Ja, und wenn es das nicht tut, kaufe ich noch mehr“, versprach Martin Persson.
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Ante la acuarela de una gallina menorquina negra se detuvo Martin Persson. „Tienes que venir conmigo y pintar mis gallinas“, decía. „Una pintora de gallina como tú no la había conocido en mi vida. Expondremos tus cuadros en todas las ferias avícolas del mundo“. Tomó las manos de Ma-Lo en las suyas: „Prométeme que las pintarás. Quiero que pintes cada una de ellas““. „¿Cuantas tienes?“, preguntó Ma-Lo y le acarició la mejilla. „Seis mil seis cientos diez y seis„, dijo Martin Persson y abrazó a Ma-Lo. „Pero para esto tardaré toda mi vida“, sonreía Ma-Lo apoyada en su pecho: „Sí, y si no fuera así, compraré más“, prometió Martin Persson.
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Ayer terminamos Uli y yo uno de los libros favoritos de los tiempos cuando Lea era más pequeña y le gustaba que le leyeramos antes de dormirse. Es un libro infantil, divertidísimo, de la autora sueca Margaret Lindberg, con el título
„Ellen, Mathilda und 36 Heringe“
Ellen tiene que pasar una temporada con la prima del novio de su madre, porque los dos quieren hacer un viaje a Nueva York. Ellen, cabreada, se propone convertirse en una criatura insoportable. Pero en el viaje conoce a Milda, que la adopta como amiga. Vence los miedos fantasmales al lado de Allan, se hace amiga del asesino de arenques, salva tres gatos de la condena a muerte y le coge cariño a Ma-Lo, una pintora que espera abrirse un hueco en el mercado del arte, cuando la felicidad le llega gracias a un hueco en la pared de su casa.
