aranjuez _ berlin

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(español abajo) Manches war anders geplant, oder gar nicht. Und es ist halt oft so, vor allem, wenn man sich in die Hände des Schiksals begibt, dass vieles überraschend kommt. Nur gut, wenn diese Überraschungen positiver Natur sind. Meine Teppiche waren in Spanien geblieben, zu treuen Händen hatte ich sie bei unserem Freund Carlos in Arnajuez hinterlegt. Vor drei Monaten schien es mir unglaublich unwahrscheinlich, so schnell eine Ausstellung in dem neuen, eroberungsbedürftigen Berlin bestücken zu müssen,  dass ich, angesichts der bei uns herrschenden Raumknappheit Wotan nur mit dem unbedingt Notwendigen bepackt hatte, einer Mischung aus sentimentalem Kram der hilft, sich zu Hause zu fühlen, und Papierkram, der hilft, ein Zuhause zu finden.

Und nun sieht alles anders aus. VOR allem anderen kommt es jetzt zu einer Werkschau in Berlin.

Und vor vielem anderen müssen jetzt meine Arbeiten hierher transportiert werden. Carlos hat sie sorgfältig und liebevoll verpackt. Der Auftrag an den Spediteur ist gestern rausgegangen. Morgen werden sie abgeholt und dann beginnt das angespannte Warten. Wie immer wenn die Teppiche auf Reisen gehen, wir immer in dem fragilen Gleichgewicht aus möglichst billig, möglichst sicher, möglichst schnell; wie immer weit unter ihrem Wert versichert, weil sich kein Künstler eine angemessene Versicherung leisten kann. Es wird alles gut gehen, davon bin ich überzeugt. TROTZDEM wird die Spannung erst nachlassen, wenn die Pakete bei uns in der kleinen Bude stehen.

Etwas über ein halber Kubikmeter beinhaltet fast das ganze Ergebnis von 30 Jahren Wirkerei.  Nomadisch, praktisch, gut.

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(es) Había cosas planificadas, otras sin plan alguno. Y cuando una se entrega a las manos del destino, deseando que sea benévolo, las sorpresas no deben desconcertar  más de lo estrictamente necesario para mantener su naturaleza. Bienvenidas cuando sean positivas. Al salir de España había dejado mis tapices en manos de nuestro amigo Calos en Aranjuez. Hace tres meses, ni en los sueños más atrevidos, ni con el optimismo más optimista, pensé  que me saldría una exposición en este nuevo entorno berlinés, desconocido él para mí tanto como yo para él. Por ello, y conociendo la falta de espacio que me esperaba en Berlin,  decidí carga a Wotan con lo estrictamente necesario, esta extraña mezcolanza de trastos con valor sentimental que hacen sentirte en casa, y cosas que piensas pueden servirte para encontrar una casa.

Y ahora ha cambiado todo. LO PRIMERO DE TODO será la exposición.

Y antes que todo lo demás tendrán que llegar los tapices. Carlos los ha embalado cariñosa- y concienzudamente, asumiendo la correspondiente responsabilidad. Ayer ha salido el encargo a la empresa de transportes. Para mañana está prevista la recogida. Y luego empezará la espera, como siempre cuando los tapices emprenden un viaje, como siempre en este frágil equilibrio entre „lo más económico posible“, „lo más seguro posible“, „lo más rápido posible“. Como siempre sin el adecuado seguro, porque ningún artista se lo puede costear. Todo saldrá bien, de ello estoy convencida. PERO ESO NO QUITA que no me quede tranquila hasta que no los tenga conmigo aquí en nuestra pequeña cabaña.

Algo más de medio metro cúbico ocupa el fruto de más de 30 años de trabajo en el telar. Que sea.

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