El otro día, aun en España, me tropecé con un enlace en las redes sociales, en el que se contó el caso de una Universidad Popular (educación de adultos) de un barrio de Berlin, en la que recientemente se había tomado la decisión de retirar seis cuadros con desnudos pintados por la artista Susanne Schüffel, según la dirección del centro, para no herir la sensibilidad de las mujeres musulmanas que acuden a este centro a clases de alemán.
Desde la lejanía y la tranquilidad de la vida cotidiana en Aguilar de Campoo, me resultó una noticia casi surrealista, y en todo caso increíble y desde mi modo de ver intolerable. Con todo lo que nos ha costado llegar hasta donde hemos llegado, conseguir CIERTA normalidad (mucho menor, al parecer, de la que creemos o, al menos, mucho mas frágil de lo que pensamos) en lo que atañe a la representación de cuerpos humanos desnudos; con respecto de la concepción del desnudo como estado natural y como el mas democrático e igualitario que podría haber; con respecto de la libertad de cada persona de decidir sobre su cuerpo, etc……. y con respecto a lo que podemos, queremos o debemos entender y quizá defender como la esencia de la cultura actual occidental….
No se si en algún momento alguien de la Staatliche Gemäldegalerie se ha planteado si hay que descolgar alguno de los cuadros de Boticelli, que representan cuerpos desnudos, para no herir ninguna sensibilidad de ninguno de los potenciales visitantes del museo.
Lo mismo me imagino en el caso de la exposición de Cranach en el Jagdschloss Grunewald. Cual es la diferencia? Que son artistas archireconocidos, que los espacios en los que se exponen son mas o menos relevantes, o poco susceptibles de ser visitadas por mujeres musulmanas? Donde están estas finas lineas rojas invisibles, que hacen dudar en un caso y tomar una decisión que a muchos nos parece equivocada (por cierto, no hubo denuncia ni queja, la retirada de los cuadros se hizo de forma „preventiva“) en el otro.
Ahora que transito por las calles de Berlin, en las que es muy frecuente ver mujeres musulmanas vestidas de todas las maneras imaginables, desde la mas occidental, hasta la mas conservadora también me pregunto donde tengo yo mis lineas rojas. Esta tarde en la tienda turca, las tres mujeres que atendieron llevaron el pelo cubierto, y me parecía normal. Si me las encontraría en el Lidl quizá me resultaría raro? Esta mañana en el parque vi un grupo de niños y niñas de una guardería con tres mujeres todas cubiertas de chador, poco después me cruce un grupo de mujeres cubiertas por nicabs y se me hacia extraño. Estaba mi linea roja cerca? No sé. Siempre he defendido la libertad de decisión de cada individuo pero quizás también existe una responsabilidad colectiva respecto del cuidado de las esencias culturales.? Y cómo de cerca esta el cuidado de la defensa, y la defensa de la imposición, o de la exclusión, o de la integración o de la inclusión…..
En un contexto en el que un encuentro es algo tan cotidiano, tan directo, tan ineludible, cada uno, cada una, se ve constantemente ante la pregunta: dónde están mis lineas rojas y dónde hay que trazarlas como colectivo y como sociedad? Si es que hay que trazarlas. O quizás ya están en nuestro subconsciente, tracémoslas o no……
En fin, por lo pronto dedicare alguna de las entradas de estos días a los cuerpos desnudos que pueblan plazas, parques, monumentos y algunos museos de esta ciudad.