Hay visitas que te sacuden por dentro, otras que calman la angustia que crece como la mala hierba en primavera; hay visitas que irritan como el sol ardiente del verano, obligándote a buscar refugio en lo más profundo de tu propio ser; otras que sosiegan como el sonido de las gotas de lluvia en el techo de un bosque frondoso; hay visitas que te llenan de dudas, que te hacen cuestionar todo, hasta y sobre todo a tí misma; y otras que te animan a seguir caminando aunque sea en la cuerda floja, sobre la nada, pero con la mirada puesta en un futuro que ni tú consigues vislumbrar aún; hay visitas y visitas.
GRACIAS por ESTA visita, Marije, Ángel y Alex.